ONCE hombres están de pie juntos en una montaña, con la mirada fija en un personaje por el que sienten gran amor y admiración. Aunque tiene forma humana, en realidad se trata de Jesús resucitado, que vuelve a ser el más poderoso de los hijos espirituales de Jehová. Siguiendo el mandato de su Maestro, los apóstoles se han reunido con él en el monte de los Olivos por última vez.
2 Este monte, que forma parte de una cadena de montañas calizas al otro lado del valle de Cedrón frente a Jerusalén, seguramente le trae a Jesús infinidad de recuerdos. En sus faldas se encuentra la ciudad de Betania, donde resucitó a Lázaro. Hace apenas unas semanas partió desde la cercana Betfagué para hacer su entrada triunfal en Jerusalén. En una de sus laderas está probablemente el jardín de Getsemaní, donde vivió las angustiosas horas previas a su arresto. Ahora, en este mismo monte, se prepara para dejar a sus más íntimos amigos y discípulos. Tras unas amables palabras de despedida, Jesús empieza a elevarse del suelo. Los apóstoles se quedan inmóviles, con la vista fija en su querido Maestro que asciende al cielo; finalmente, una nube lo oculta de su vista y ya no lo ven más (Hechos 1:6-12).
3 ¿Es esta una escena con final agridulce, una triste despedida? En realidad no, pues, como les recuerdan dos ángeles a los apóstoles, la historia de Jesús está lejos de acabar (Hechos 1:10, 11). En muchos sentidos su ascensión a los cielos es solo un comienzo, y la Palabra de Dios no nos deja a oscuras sobre lo que pasó después. ¿Por qué es importante que sepamos qué ha hecho Jesús desde que se fue de la Tierra? Recordemos lo que él le dijo a Pedro: “Continúa siguiéndome” (Juan 21:19, 22). Esta exhortación, que también debemos seguir nosotros, no tiene que ver con una simple decisión tomada en un momento, sino que implica un modo de vida. Por ello es necesario entender qué hace nuestro Amo ahora y qué responsabilidades ha recibido en el cielo.
¿Qué ha hecho Jesús desde que regresó al cielo?
4 Las Escrituras guardan silencio sobre la llegada de Jesús al cielo, el recibimiento que se le brindó y el feliz encuentro con su Padre; no obstante, sí revelaron de antemano lo que ocurriría allí cuando él regresara. Hablan de una ceremonia santa que los judíos presenciaron regularmente por más de mil quinientos años. El sumo sacerdote entraba una vez al año en el Santísimo del templo y rociaba delante del arca del pacto la sangre de los sacrificios ofrecidos el Día de Expiación. Ese día, el sumo sacerdote prefiguraba al Mesías. Jesús cumplió el significado profético de esta ceremonia cuando volvió al cielo. Allí compareció ante la majestuosa presencia de su Padre —el lugar más santo de todo el universo— y le presentó una vez y para siempre el valor de su sacrificio redentor (Hebreos 9:11, 12, 24). ¿Lo aceptó Jehová?
5 Hallamos la respuesta examinando lo que sucedió pocos días después de que Jesús ascendiera al cielo. Unos ciento veinte cristianos estaban reunidos en la habitación superior de una casa de Jerusalén cuando sucedió algo sorprendente: de repente, un ruido como el de una ráfaga de viento llenó el lugar y lenguas como de fuego se posaron sobre sus cabezas. Todos quedaron llenos de espíritu santo y comenzaron a hablar en diversas lenguas (Hechos 2:1-4). Este suceso marcó el nacimiento de una nueva nación, el Israel espiritual, la nueva “raza escogida” y “sacerdocio real” que llevaría a cabo la voluntad divina en la Tierra (1 Pedro 2:9). También estableció claramente que Jehová Dios había aceptado y aprobado el sacrificio redentor de Cristo. Así, el derramamiento de espíritu santo constituyó uno de los primeros beneficios del rescate.
6 Desde entonces, el rescate de Cristo ha obrado en favor de sus seguidores en el mundo entero. Tanto si formamos parte del “rebaño pequeño” ungido —que reinará con Cristo en el cielo— o de las “otras ovejas” —que vivirán en la Tierra bajo su dominio—, todos nos beneficiamos de su sacrificio (Lucas 12:32; Juan 10:16). Es la base de nuestra esperanza y del perdón de nuestros pecados. Si con constancia ‘ejercemos fe’ en ese rescate y seguimos a Jesús día tras día, tendremos una conciencia limpia y una sólida esperanza para el futuro (Juan 3:16).
7 ¿Qué ha hecho Jesús desde que volvió al cielo? Él goza de inmensa autoridad (Mateo 28:18). De hecho, Jehová lo designó para que reinara sobre la congregación cristiana, una responsabilidad que ha cumplido con justicia y amor (Colosenses 1:13). Tal como se predijo, se ha encargado de que haya hombres responsables que cuiden del rebaño (Efesios 4:8). Por ejemplo, nombró a Pablo “apóstol a las naciones” y lo envió a predicar las buenas nuevas por todas partes (Romanos 11:13; 1 Timoteo 2:7). Hacia finales del siglo primero, mandó mensajes de encomio, consejo y corrección a siete congregaciones de la provincia romana de Asia (Revelación, capítulos 2 y 3). ¿Reconocemos a Jesús como Cabeza de la congregación cristiana? (Efesios 5:23.) Demostramos que continuamos siguiéndolo cuando fomentamos un espíritu obediente y colaborador en nuestra congregación.
8 Jesús obtuvo más autoridad en 1914, año en que fue nombrado Rey del Reino mesiánico de Jehová. Al inicio de su mandato “estalló guerra en el cielo”. ¿Cuáles fueron las consecuencias? Satanás y sus demonios fueron arrojados a la Tierra, empezando así una era de angustia y dolor. Las guerras, el delito, el terror, las enfermedades, los terremotos y las hambrunas que han afligido sin cesar a la sociedad actual nos recuerdan que Jesús ya reina en el cielo. Satanás todavía es “el gobernante de este mundo”, pero solo por “un corto espacio de tiempo” (Revelación 12:7-12; Juan 12:31; Mateo 24:3-7; Lucas 21:11). Sin embargo, Jesús está dando a personas de todo el mundo la oportunidad de aceptar su reinado.
9 Es esencial que nos pongamos a favor del Rey Mesiánico. En todas las decisiones que tomemos a diario debemos buscar su aprobación, no la de este mundo corrupto. Cuando el “Rey de reyes y Señor de señores” examina a la humanidad, su corazón justo arde de indignación. Pero al mismo tiempo rebosa de felicidad (Revelación 19:16). ¿Qué motiva estos sentimientos de Jesús?
La indignación y la felicidad que siente el Rey Mesiánico
10 Nuestro Amo es como su Padre, feliz por naturaleza (1 Timoteo 1:11). Jesús no fue un hombre criticón ni difícil de complacer. No obstante, siente justa indignación por muchas de las cosas que suceden hoy en la Tierra. Sin lugar a dudas, está indignado con todas aquellas organizaciones religiosas que falsamente afirman representarlo. Así lo predijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no [...] ejecutamos muchas obras poderosas [en tu nombre]?’. Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero” (Mateo 7:21-23).
11 Muchos que dicen ser cristianos quizás se sorprendan por estas palabras. ¿Por qué hablaría Jesús en términos tan duros a personas que han hecho “muchas obras poderosas” en su nombre? Las iglesias de la cristiandad han auspiciado obras de caridad, han ayudado a los pobres, han construido escuelas y hospitales, y han realizado muchas obras más. Entonces, ¿por qué está Jesús tan furioso? La siguiente ilustración nos ayudará a entender la razón.
12 Unos padres tienen que irse de viaje. Como no pueden llevarse a los hijos, contratan los servicios de una niñera. Sus instrucciones son muy sencillas: “Atiende a los niños, dales de comer, mantenlos limpios y cuídalos bien para que no se vayan a lastimar”. Sin embargo, a su regreso quedan horrorizados: los niños están hambrientos, sucios y enfermos. Están llorando desconsolados para que la niñera les preste atención, pero ella no les hace ningún caso. ¿Por qué? Porque está subida en una escalera lavando las ventanas. Los padres, furiosos, le exigen una explicación, a lo que ella les responde: “¡Miren todo lo que he hecho! Las ventanas están limpias, ¿no? También arreglé varias cosas de la casa; todo lo hice por ustedes”. ¿Se sentirán mejor los padres? ¡Por supuesto que no! Ellos nunca le pidieron que hiciera esos trabajos; solo querían que cuidara a sus hijos. Están furiosos porque ella no siguió sus instrucciones.
13 La cristiandad ha actuado como la niñera del ejemplo. Jesús mandó a sus representantes que alimentaran espiritualmente a las personas, les enseñaran la verdad de la Palabra de Dios y les ayudaran a mantenerse espiritualmente puras (Juan 21:15-17). Pero la cristiandad no ha obedecido en absoluto el mandato de Jesús. Ha dejado a la gente hambrienta en sentido espiritual, en total ignorancia de las verdades bíblicas elementales y completamente confundida con sus mentiras (Isaías 65:13; Amós 8:11). Ni siquiera sus intentos de mejorar este mundo justifican su desobediencia deliberada. Al fin y al cabo, este sistema mundial es como una casa destinada a ser demolida, pues la Palabra de Dios enseña con claridad que el mundo de Satanás pronto será aniquilado (1 Juan 2:15-17).
14 Por otro lado, Jesús debe de sentirse muy feliz al ver desde el cielo a millones de personas que cumplen con la comisión de hacer discípulos que dio a sus seguidores antes de marcharse (Mateo 28:19, 20). ¡Qué privilegio tan grande es hacer feliz al Rey Mesiánico! Nunca dejemos de colaborar con “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45). A diferencia del clero de la cristiandad, este pequeño grupo de cristianos ungidos ha dirigido obedientemente la predicación y ha alimentado con fidelidad a las ovejas de Cristo.
15 Hay otra situación que, sin lugar a dudas, enfurece a nuestro Rey: la falta de amor que reina hoy en el mundo. Recordemos cómo se sintió Jesús cuando los fariseos lo criticaron por curar en sábado. Tenían el corazón tan endurecido y eran tan obstinados que no veían más allá de su estrecha interpretación de la Ley mosaica y la ley oral. A ellos poco les importaban los inmensos beneficios que producían los milagros de Jesús: cuánta alegría y alivio causaban, cuánto fortalecían la fe. ¿Qué sintió Jesús ante su actitud? En cierta ocasión miró “en derredor con indignación, [...] cabalmente contristado por la insensibilidad de sus corazones” (Marcos 3:5).
16 En la actualidad, Jesús ve muchas más cosas que lo hacen sentirse “cabalmente contristado”. Los líderes de la cristiandad están cegados por su devoción a doctrinas y tradiciones que contradicen las Escrituras. Asimismo, están enfurecidos por la predicación de las buenas nuevas del Reino de Dios, por lo que han fomentado en muchas partes del mundo la persecución despiadada contra los cristianos que se esfuerzan por dar a conocer el mensaje de Jesús (Juan 16:2; Revelación 18:4, 24). Además, suelen animar a sus fieles a ir a la guerra y matar a sus semejantes... ¡como si eso le agradara a Jesucristo!
17 Los auténticos seguidores de Jesús, por su parte, se esfuerzan por mostrar amor al prójimo. Como hizo Cristo, llevan las buenas nuevas a “hombres de toda clase”, pese a la oposición de sus enemigos (1 Timoteo 2:4). Y el amor que se muestran unos a otros es extraordinario; es el rasgo que mejor los distingue (Juan 13:34, 35). Puesto que tratan a sus hermanos cristianos con amor, respeto y dignidad, siguen de verdad los pasos de Jesús y alegran el corazón del Rey Mesiánico.
18 Del mismo modo, tengamos presente que nuestro Amo se siente apenado cuando sus seguidores se dan por vencidos, cuando permiten que se enfríe su amor por Jehová y dejan de servirle (Revelación 2:4, 5). En cambio, se alegra cuando aguantan hasta el fin (Mateo 24:13). Por eso es tan necesario que no olvidemos nunca su mandato: “Continúa siguiéndome” (Juan 21:19). Veamos algunas de las bendiciones que el Rey Mesiánico otorgará a quienes se mantengan firmes hasta el fin.
El Rey colma de bendiciones a sus fieles siervos
19 Seguir a Jesús abre la puerta a una vida repleta de bendiciones incluso ahora. Si aceptamos a Cristo como nuestro Amo, siguiendo su dirección y guiándonos por su ejemplo, encontramos tesoros que la gente por todo el mundo busca en vano. Se nos bendice con una labor que da sentido a la vida, una familia espiritual unida por los lazos del verdadero amor, una conciencia limpia y paz interior. En suma, tenemos una vida rica y llena de satisfacciones. Pero aún hay más.
20 A quienes abrigan la esperanza de vivir eternamente en la Tierra, Jehová les ha proporcionado en la persona de Jesús un “Padre Eterno”. Él es el sustituto de nuestro primer padre, Adán, quien le falló de manera tan lamentable a toda su descendencia (Isaías 9:6, 7). Como mostramos fe en Jesús y lo aceptamos como nuestro “Padre Eterno”, tenemos la esperanza segura de la vida eterna. Además, nos sentimos cada vez más cerca de Jehová Dios. Como ya hemos aprendido, esforzarnos por seguir el ejemplo de Jesús día a día es la mejor forma de obedecer esta exhortación: “Háganse imitadores de Dios, como hijos amados” (Efesios 5:1).
21 Al imitar a Jesús y a su Padre, Jehová, tenemos un maravilloso privilegio: el de reflejar luz resplandeciente. Es cierto que vivimos en este mundo sumido en las tinieblas, donde miles de millones de personas son engañadas por Satanás e imitan su modo de ser. Sin embargo, nosotros, los seguidores de Cristo, reflejamos por todas partes la luz más brillante que existe: la luz de las verdades bíblicas, la luz de las excelentes cualidades cristianas, la luz del gozo, de la paz y del amor verdadero. Cuando hacemos esto, nos acercamos más a Jehová, que es el objetivo más elevado que puede alcanzar toda criatura inteligente.
22 Pensemos, además, en lo que Jehová desea hacer por nosotros en el futuro mediante su Rey Mesiánico. Pronto, este Rey librará una guerra justa contra el malvado sistema de cosas de Satanás. ¡Su victoria es segura! (Revelación 19:11-15.) A continuación, comenzará el Reinado Milenario de Cristo sobre la Tierra. Su gobierno celestial aplicará los beneficios del rescate a todos los seres humanos fieles, elevándolos a la perfección. Imaginémonos cuando estemos rebosantes de salud, siendo cada vez más jóvenes y fuertes, trabajando felices y unidamente para convertir esta Tierra en un paraíso. Al final del Milenio, Jesús entregará el Reino a su Padre (1 Corintios 15:24). Si continuamos siguiendo fielmente a Cristo, se nos concederá una bendición tan maravillosa que hasta es difícil de imaginar: ¡“la gloriosa libertad de los hijos de Dios”! (Romanos 8:21.) En efecto, gozaremos de todas las bendiciones que Adán y Eva tuvieron y perdieron. Los hijos terrestres de Jehová estaremos libres por siempre de la mancha del pecado que heredamos de Adán. Por fin, “la muerte no será más” (Revelación 21:4).
23 Recordemos al joven y acaudalado gobernante que mencionamos en el capítulo 1. Él rechazó la invitación de Jesús cuando este le dijo: “Ven, sé mi seguidor” (Marcos 10:17-22). Jamás cometamos ese error. Aceptemos la invitación de Jesús con alegría y entusiasmo. Tomemos la determinación de permanecer firmes y seguir al Pastor Excelente día a día, año tras año, y vivamos para ver cómo finalmente lleva todos los propósitos de Jehová a su glorioso cumplimiento.
[Preguntas del estudio]
1-3. a) ¿En qué circunstancias se despidió Jesús de sus apóstoles, y por qué no fue aquella una triste despedida? b) ¿Por qué es necesario que sepamos lo que ha hecho Jesús desde que regresó al cielo?
4. ¿Cómo revelaron de antemano las Escrituras lo que ocurriría en el cielo cuando Jesús regresara?
5, 6. a) ¿Qué prueba hay de que Jehová aceptó el sacrificio redentor de Cristo? b) ¿Quiénes se benefician del rescate, y cómo?
7. ¿Qué autoridad recibió Jesús cuando volvió al cielo, y de qué modo lo apoyamos?
8, 9. ¿Qué autoridad obtuvo Jesús en 1914, y qué efecto debe tener este hecho en las decisiones que tomamos?
10. ¿Cómo es el carácter natural de Jesús, pero con quiénes está indignado?
11-13. ¿Por qué tal vez les sorprenda a algunos que Jesús hable en términos tan duros a quienes hacen “muchas obras poderosas” en su nombre, pero por qué está tan furioso? Ilústrelo.
14. ¿Qué obra que se realiza actualmente le causa felicidad a Jesús, y por qué?
15, 16. a) ¿Qué siente Jesús ante la falta de amor que reina hoy día, y cómo lo sabemos? b) ¿Qué ha hecho la cristiandad para merecer la ira de Jesús?
17. ¿Cómo alegran el corazón de Jesús sus auténticos seguidores?
18. ¿Qué hace que nuestro Amo se sienta apenado, pero cómo podemos alegrarlo?
19, 20. a) ¿Qué bendiciones ya están recibiendo quienes siguen a Jesús? b) Al seguir a Cristo, ¿cómo se satisface la necesidad que tenemos de un “Padre Eterno”?
21. ¿Cómo reflejan luz los seguidores de Cristo en este mundo oscuro?
22, 23. a) ¿Qué bendiciones les aguardan a los que continúen siguiendo fielmente a Jesús? b) ¿Cuál debería ser nuestra determinación?
[Recuadro de la página 191]
¿Cómo podemos seguir a Jesús?
● ¿Qué nos ayudará a armonizar nuestra forma de pensar con la de Cristo? (1 Corintios 2:13-16.)
● ¿De qué maneras se propone usted seguir más de cerca a Jesús? (1 Pedro 2:21.)
● ¿Cómo puede impedir que su amor por Jesús se enfríe? (Revelación 3:14-18.)
● ¿Cómo puede mostrar que realmente desea que Cristo gobierne la Tierra en el futuro cercano? (Revelación 22:17, 20