domingo, 2 de julio de 2017
“Todos sus caminos son justicia”
ERA una injusticia flagrante. Aunque el apuesto joven no había cometido delito alguno, se encontraba encerrado en una mazmorra, acusado mentirosamente de intento de violación. No era, sin embargo, el primer abuso que padecía. Años antes, José —que así se llamaba— había sufrido la traición de sus propios hermanos, quienes casi llegaron a matarlo cuando tenía 17 años. Luego fue vendido como esclavo en un país extranjero, donde rechazó las insinuaciones de la esposa de su amo, la cual, al verse desdeñada, inventó la falsa acusación que lo llevó a la cárcel. Por desgracia, no parecía haber nadie que intercediera por él.
2 Sin embargo, Jehová, el Dios “amador de justicia y derecho”, observaba tales atropellos e intervino con objeto de corregirlos, maniobrando los sucesos para que finalmente José fuera liberado (Salmo 33:5). Lo que es más, el hombre que fue arrojado a un “hoyo carcelario” terminó ascendiendo a un cargo de gran responsabilidad y sumo honor (Génesis 40:15; 41:41-43; Salmo 105:17, 18). Al final fue vindicado, y se valió de su alta posición para el adelanto del propósito divino (Génesis 45:5-8).
3 ¿Verdad que este relato nos llega al corazón? ¿Quién no ha visto o sufrido acciones injustas? Ciertamente, todos anhelamos que nos traten de modo recto y equitativo, y no es de extrañar, ya que Jehová nos dotó de cualidades que reflejan su personalidad, uno de cuyos principales atributos es la justicia (Génesis 1:27). Por consiguiente, para conocer bien al Altísimo, hemos de comprender su sentido de la rectitud. Así valoraremos mejor sus maravillosos caminos y nos sentiremos impulsados a acercarnos aún más a él.
¿Qué es la justicia?
4 El hombre suele concebir la justicia como la mera aplicación imparcial de la ley. El libro Ética: teoría y aplicación señala que “la justicia está conectada con la ley, con la obligación, los derechos y los deberes, y mide sus concesiones según igualdad y mérito”. Sin embargo, en el caso de Jehová implica más que el frío cumplimiento de las reglas por fidelidad al deber o a las obligaciones.
5 Un examen de los términos bíblicos originales nos ayudará a comprender mejor todo lo que abarca esta cualidad de Jehová. En las Escrituras Hebreas se emplean tres vocablos principales. Uno de ellos se traduce, además de por “justicia”, con soluciones tales como “derecho” y “lo que es recto” (Génesis 18:25). Los otros dos se vierten por lo general “justicia” y a veces, “rectitud”. La palabra empleada en las Escrituras Griegas Cristianas para “justicia” se define como la “cualidad de ser recto o justo”. En la Biblia se usan como sinónimos “justicia” y “derecho” (Amós 5:24).
6 Por lo tanto, cuando las Escrituras dicen que el Creador es justo, indican que hace lo que es correcto y equitativo, y que actúa así siempre, sin parcialidad (Romanos 2:11). De hecho, es inconcebible que proceda de otro modo. El fiel Elihú señaló: “¡Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente, y del Todopoderoso el obrar injustamente!” (Job 34:10). En efecto, es imposible que Jehová ‘obre injustamente’. ¿Por qué? Por dos importantes razones.
7 Primero, Dios es santo. Como vimos en el capítulo 3, es infinitamente puro y recto, lo que le impide actuar de modo injusto. Pensemos en lo que entraña lo anterior: la santidad de nuestro Padre celestial es una poderosísima razón para confiar en que nunca maltratará a sus hijos. Esta era la certeza que tenía Jesús, quien en su última noche de vida en la Tierra oró: “Padre santo, vigílalos [a los discípulos] por causa de tu propio nombre” (Juan 17:11). En las Escrituras, la fórmula “Padre santo” se aplica en exclusiva a Jehová, y es lo propio, pues ningún padre humano puede comparársele en santidad. Cristo tenía plena fe en que sus discípulos estarían a salvo en manos del Padre, quien se distingue por la más absoluta pureza y la más completa separación de todo pecado (Mateo 23:9).
8 Segundo, el amor altruista es propio de la naturaleza del Altísimo y lo mueve a tratar a todos con rectitud. En cambio, la injusticia, en sus diversas modalidades —entre ellas el racismo, la discriminación y el favoritismo—, suele ser fruto de la codicia y el egoísmo, vicios contrarios al amor. La Biblia nos garantiza lo siguiente acerca del Dios de amor: “Jehová es justo; él sí ama los actos justos” (Salmo 11:7). Él mismo dice tocante a su persona: “Yo, Jehová, amo el derecho” (Isaías 61:8). ¿Verdad que es todo un consuelo saber que se deleita en obrar conforme a derecho, o sea, en justicia? (Jeremías 9:24.)
La misericordia y la justicia perfecta de Jehová
9 La justicia de Jehová, como las demás facetas de su inigualable personalidad, es perfecta, sin deficiencia alguna. Moisés exaltó al Creador con estas palabras: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él” (Deuteronomio 32:3, 4). Toda expresión de su justicia es equilibrada: ni muy indulgente ni muy severa.
10 Existe una relación muy estrecha entre esta cualidad del Altísimo y su misericordia. Salmo 116:5 dice: “Jehová es benévolo y justo; y nuestro Dios es Uno que muestra misericordia”. Sí, es justo y misericordioso a la vez. Estos atributos no son contradictorios. Su ejercicio de la misericordia no atenúa su justicia, como si esta fuera muy severa. Más bien, él suele expresar ambas cualidades simultáneamente e incluso en la misma acción. Veamos un ejemplo.
11 Todos los seres humanos hemos heredado el pecado, por lo que merecemos la pena capital (Romanos 5:12). Pero Jehová no se complace en que mueran los pecadores: es “un Dios de actos de perdón, benévolo y misericordioso” (Nehemías 9:17). Sin embargo, su santidad no le permite aprobar la injusticia. Entonces, ¿cómo podría tratar con misericordia a personas pecadoras por naturaleza? Hallamos la respuesta en una de las verdades más preciosas de las Escrituras: el rescate que ha provisto para la salvación de la humanidad. En el capítulo 14 aprenderemos más detalles sobre esta amorosa dádiva, que demuestra a la vez profunda justicia y suma misericordia. Mediante ella, el Creador expresa tierna misericordia a los pecadores arrepentidos y al mismo tiempo mantiene sus normas de justicia perfecta (Romanos 3:21-26).
La justicia de Jehová es reconfortante
12 La justicia de Jehová no es una cualidad fría que nos inspire rechazo, sino que es atrayente y nos acerca a él. Como indica la Biblia con claridad, es un atributo que se caracteriza por la compasión. Analicemos algunas de las alentadoras formas en que lo ejercita.
13 La justicia perfecta del Todopoderoso lo mueve a ser fiel, a ser leal a sus siervos. El salmista David pudo constatar por sí mismo esta faceta de la rectitud divina. ¿A qué conclusión lo llevó su propia experiencia y el estudio de los caminos de Dios? “Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados”, declaró (Salmo 37:28). ¡Qué garantía tan reconfortante! Ni por un momento abandonará él a sus leales. Por lo tanto, podemos confiar en que estará cerca de nosotros y nos cuidará con cariño, pues lo garantiza su justicia (Proverbios 2:7, 8).
14 La justicia divina es sensible a las necesidades de los afligidos. Si examinamos la Ley que Jehová dio a Israel, resulta evidente que él se preocupa por los desfavorecidos. Por ejemplo, vemos disposiciones especiales para asegurar el cuidado de huérfanos y viudas (Deuteronomio 24:17-21). Como Dios reconocía lo difícil que solía ser la vida para ellos, él mismo se convirtió en su Juez y Protector paternal, quien “ejecuta[ba] juicio para el huérfano de padre y la viuda” (Deuteronomio 10:18; Salmo 68:5). Advirtió a los israelitas que no se aprovecharan de tales mujeres y niños desamparados, porque oiría sin falta su clamor. “Verdaderamente se encenderá mi cólera”, señaló (Éxodo 22:22-24). Aunque la cólera no es una de sus cualidades dominantes, siente justa indignación ante los abusos deliberados, sobre todo si los sufren los humildes e indefensos (Salmo 103:6).
15 Jehová también nos asegura que “no trata a nadie con parcialidad ni acepta soborno” (Deuteronomio 10:17). A diferencia de muchos seres humanos poderosos o influyentes, no deja que pesen en sus decisiones las riquezas materiales o las apariencias, ni tiene prejuicios ni favoritismos de ningún tipo. Veamos una prueba sobresaliente de su imparcialidad: lejos de limitar a una minoría selecta la oportunidad de ser sus adoradores verdaderos, con vida eterna en mira, “en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Hechos 10:34, 35). Ofrece esta maravillosa perspectiva a todas las personas, sin importar la posición social, el color de la piel ni el país de residencia. ¿No es esta la mejor justicia posible?
16 Hay otro aspecto de la justicia perfecta de Jehová que es digno de análisis y respeto: cómo trata a quienes quebrantan sus justas normas.
No exime del castigo
17 Alguien tal vez pregunte: “Si Jehová no aprueba nada contrario a la rectitud, ¿qué explica el sufrimiento injusto y las prácticas corruptas que plagan a la sociedad actual?”. Las injusticias que abundan en este mundo malvado no ponen en entredicho la rectitud divina, pues se deben al pecado que hemos heredado de Adán. En un mundo donde los seres humanos imperfectos escogen sus propios caminos de pecado, son frecuentes los atropellos, si bien no será así por mucho tiempo más (Deuteronomio 32:5).
18 Aunque Jehová demuestra gran misericordia a quienes se le acercan con sinceridad, no tolerará indefinidamente una situación que ocasione oprobio a su santo nombre (Salmo 74:10, 22, 23). Nadie puede mofarse del Dios de justicia; a los pecadores obstinados no los amparará del juicio condenatorio que merece su conducta. Es “un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad, [...] pero de ninguna manera dará exención de castigo” (Éxodo 34:6, 7). En armonía con estas palabras, a veces ha visto necesario imponer una pena a quienes violan deliberadamente sus rectas leyes.
19 Pongamos por caso el trato que dispensó a los israelitas de la antigüedad, quienes, incluso cuando ya estaban asentados en la Tierra Prometida, le fueron infieles en múltiples ocasiones. Aunque su corrupción lo hizo “sentirse herido”, no los rechazó de inmediato (Salmo 78:38-41). Más bien, fue misericordioso y les dio oportunidades de cambiar de proceder. Les suplicó: “No me deleito en la muerte del inicuo, sino en que alguien inicuo se vuelva de su camino y realmente siga viviendo. Vuélvanse, vuélvanse de sus malos caminos, pues, ¿por qué deberían morir, oh casa de Israel?” (Ezequiel 33:11). Como Jehová considera valiosísima la vida, vez tras vez les envió profetas para que dejaran sus malas sendas. Pero la inmensa mayoría tenía el corazón tan duro, que se negó a hacer caso y arrepentirse. Finalmente, por causa de su santo nombre y de lo que este representa, Dios los entregó en manos de sus enemigos (Nehemías 9:26-30).
20 Aprendemos mucho acerca del Creador al examinar cómo trató a Israel. Comprendemos que sus ojos —que todo lo contemplan— ven las injusticias y que le afecta mucho lo que observa (Proverbios 15:3). Asimismo nos reconforta saber que muestra misericordia siempre que hay base para ello. Además, su justicia jamás es precipitada. Debido a su paciencia, muchos llegan a creer, erróneamente, que nunca castigará a los malvados, pero de ningún modo es así. La relación que mantuvo con Israel nos enseña también que la paciencia divina tiene límites. Jehová sostiene con firmeza la justicia. A diferencia del hombre, que con frecuencia no se atreve a pronunciarse a favor de ella, él siempre tiene el valor de hacerlo. De ahí que sea muy apropiado que el león, como símbolo de la justicia valerosa, esté asociado a la presencia y el trono de Dios (Ezequiel 1:10; Revelación [Apocalipsis] 4:7). Así pues, podemos estar seguros de que él cumplirá su promesa de eliminar la injusticia de la Tierra. Su criterio a la hora de juzgar pudiera resumirse así: firmeza cuando es necesario, misericordia cuando es posible (2 Pedro 3:9).
Acerquémonos al Dios de justicia
21 Al meditar sobre la forma en que Jehová ejercita la justicia, no deberíamos verlo como un juez frío y severo, preocupado tan solo de dictar sentencia contra quienes actúan mal, sino más bien, como un Padre amoroso y firme que siempre trata a sus hijos del mejor modo posible. Dado que es un Padre justo, equilibra la firmeza a favor de la rectitud con la tierna compasión por sus hijos terrestres, que se hallan necesitados de su ayuda y perdón (Salmo 103:10, 13).
22 ¡Qué agradecidos podemos sentirnos de que la justicia divina implique mucho más que dictar sentencia contra quienes actúan mal! Guiado por dicho atributo, Dios nos ofrece una maravillosa perspectiva: disfrutar de una vida perfecta por toda la eternidad en un mundo donde “la justicia habrá de morar” (2 Pedro 3:13). Nos trata así porque el objetivo de su justicia no es condenar, sino salvar. Ciertamente, cuando comprendemos mejor lo que abarca la justicia de Jehová, nos sentimos atraídos a su persona. En los siguientes capítulos analizaremos con más detalle la forma en que él expresa tan admirable cualidad.
[Notas]
Aunque el término hebreo para “huérfano de padre” sea masculino, no indica en modo alguno desinterés por el sexo femenino. Jehová incluyó en la Ley el relato sobre una decisión judicial que garantizaba que las hijas del difunto Zelofehad recibieran una posesión hereditaria. Aquella sentencia sentó un precedente que amparaba los derechos de las huérfanas (Números 27:1-8).
Es digno de mención que Jehová se asemejó a sí mismo a un león a la hora de castigar al Israel infiel (Jeremías 25:38; Oseas 5:14).
Preguntas para meditar
Jeremías 18:1-11 ¿Cómo le enseñó Jehová a Jeremías que no se apresura a emitir un juicio condenatorio?
Habacuc 1:1-4, 13; 2:2-4 ¿Cómo le confirmó Jehová a Habacuc que no tolerará por siempre la injusticia?
Zacarías 7:8-14 ¿Qué piensa Jehová de quienes atropellan los derechos ajenos?
Romanos 2:3-11 ¿En qué se basa Jehová para juzgar a las personas y a las naciones?
[Preguntas del estudio]
1, 2. a) ¿Qué injusticias flagrantes sufrió José? b) ¿Cómo corrigió Jehová tales atropellos?
3. ¿Por qué no es extraño que deseemos un trato equitativo?
4. ¿Cómo suele concebir la justicia el hombre?
5, 6. a) ¿Qué significan los términos originales traducidos por “justicia”? b) ¿Qué implica la afirmación de que el Creador es justo?
7, 8. a) ¿Por qué es incapaz Jehová de actuar injustamente? b) ¿Qué lo mueve a tratar a todos con rectitud?
9-11. a) ¿Qué relación existe entre la justicia de Jehová y su misericordia? b) ¿Cómo se manifiestan la justicia y la misericordia de Jehová en su manera de tratar a los seres humanos pecaminosos?
12, 13. a) ¿Por qué nos atrae a Jehová su justicia? b) ¿A qué conclusión llegó David sobre la justicia de Jehová, y cómo nos reconforta?
14. ¿Cómo se evidencia en la Ley el interés de Jehová por los desfavorecidos?
15, 16. ¿Qué gran prueba hay de la imparcialidad de Jehová?
17. Explique por qué las injusticias de este mundo malvado no ponen en entredicho la rectitud de Jehová.
18, 19. ¿Qué indica que Jehová no tolerará por siempre a quienes violan deliberadamente sus rectas leyes?
20. a) ¿Qué aprendemos sobre Jehová al examinar cómo trató a Israel? b) ¿Por qué es el león un símbolo adecuado de la justicia de Jehová?
21. Cuando meditamos sobre su forma de ejercitar la justicia, ¿cómo debemos ver a Jehová, y por qué?
22. Guiado por su justicia, ¿qué perspectiva nos ofrece Jehová, y por qué nos trata de esa manera?
[Ilustración de la página 111]
José sufrió injustamente en “el hoyo carcelario”
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