martes, 11 de diciembre de 2012

LA ARMADURA DE DIOS


Los cristianos verdaderos no participan en guerra carnal. Sin embargo, participan en una batalla y se les asemeja a soldados. El apóstol Pablo resumió claramente que la pelea del cristiano no es contra sangre y carne, sino “contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales.” (Efe. 6:12) Necesitamos una armadura espiritual protectora para sobrevivir este conflicto. Tenemos que obtener y usar esta armadura AHORA, mientras la batalla está peleándose, y no considerar la armadura simplemente como algo que se necesite para el futuro.
Consideremos algunas partes básicas del equipo que necesitamos para guerrear con éxito ahora.

 
YELMO: Parte básica de la armadura protectora; prenda para la cabeza que está diseñada para proteger al soldado durante la batalla. En sentido espiritual, tenemos que proteger nuestra mente de influencias impropias y propaganda impía. Tenemos que alimentarla con información correcta y edificante que viene de la Biblia por medio el estudio personal, de familia y de congregación. ¡Cuánto inculca esto en nosotros lo necesario que es asistir a las reuniones de congregación y participar activamente en ellas! También, ¡cuán vital es tener un arreglo para considerar la Biblia como familia en el hogar! Como individuos, tenemos que meditar en cuanto a la verdad y nuestra esperanza de salvación. ¿Hace usted esto? La positiva “esperanza de salvación” que Dios ha impartido puede ser lo suficientemente poderosa como para proteger nuestras facultades mentales de la misma manera que un yelmo protege la cabeza.—1 Tes. 5:8.
 
CORAZA: El peto de la armadura de los guerreros estaba hecho de malla, placas metálicas o metal sólido. La “coraza de la justicia” es parte de la armadura espiritual que proviene de Dios. El hecho de que se necesita la justicia como coraza protectora se puede comprender fácilmente cuando consideramos la inclinación pecaminosa del corazón. (Gén. 8:21; Jer. 17:9) Solo la justicia que se basa en fe en el arreglo de Dios para la vida eterna y que se realiza por Su espíritu puede impedir que el corazón ceda a las inclinaciones pecaminosas. (Rom. 6:15-20) ¿Está usted esforzándose por aumentar su amor a la justicia de Dios y por practicarla cada día en sus tratos con otras personas?
 
CINTURÓN: Correa o ceñidor de cuero que se usaba alrededor de la cintura y las caderas. En ancho la correa variaba de 5 a 15 centímetros y a menudo estaba tachonada de placas de hierro, plata u oro. El ceñirse los lomos indicaba que uno estaba listo para acción. (1 Rey. 18:46) Pablo exhortó: “Estén firmes, por lo tanto, teniendo los lomos ceñidos con la verdad.” La verdad fortalece al guerrero cristiano en su determinación de permanecer firme cuando lo someten a situaciones que lo ponen a prueba.
 
ESCUDO: Pablo recomendó el “escudo grande de la fe” como instrumento para “apagar todos los proyectiles encendidos del inicuo.” De manera similar, nuestra fe en Jehová Dios, nuestra total confianza en él, nos permite aguantar bajo toda clase de tribulaciones. Esta fe no es simplemente una creencia en la existencia del Creador. (Heb. 11:6) Incluye confianza inquebrantable en que nuestro Padre celestial anulará todo daño que experimentemos, hasta la muerte misma. (Mat. 10:28) ¿Tiene usted esta clase de fe?
 
ESPADA: La espada es el arma de ataque y defensa que con más frecuencia se menciona en las Sagradas Escrituras. Muchas eran de dos filos —cortaban por ambos lados— y se les mantenía afiladas y en excelentes condiciones. De la Palabra de Dios se dice que es “más aguda que toda espada de dos filos.” La armadura espiritual del cristiano incluye “la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios.” (Efe. 6:17) Se puede usar para tomar la ofensiva al proclamar la verdad. Se puede usar en defensa para rechazar las enseñanzas falsas y las tradiciones de los hombres. Durante el mes de febrero, esfuércese vigorosamente por usar la Biblia en el servicio del campo. Participe plenamente en manejar la “espada” correctamente al dirigir a las personas mansas a la verdad. El compartir nuestro conocimiento con otras personas nos permite ‘derrumbar razonamientos y toda cosa encumbrada levantada contra el conocimiento de Dios.’—2 Cor. 10:5.
 
SANDALIAS: También necesitamos calzado. El soldado de a pie depende de sus pies para transportación y movilidad. Un requisito previo para este servicio es que el individuo sea de movimiento rápido y seguro. Como parte de la buena preparación espiritual, el soldado cristiano tiene los pies ‘calzados con el equipo de las buenas nuevas.’ Es muy agradable cuando nuestros pies nos llevan a los hogares de otras personas con el propósito de ayudarlas. Aun cuando tengamos dificultades, nuestra participación activa en dar a conocer con regularidad las “buenas nuevas” a otras personas puede ayudarnos a perseverar fielmente.
  Asegúrese de que esté completamente equipado. Manténgase firme en su determinación de ser constante en la fe.
¡Salga victorioso de su pelea diaria contra los espíritus inicuos y de la batalla final que se aproxima!

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