domingo, 11 de noviembre de 2012

Marcos 9 : 44 ; 46 : ¿Estaba hablando Jesús del infierno?



HAY quienes afirman que las palabras de Jesús recogidas en Marcos 9:48 sirven de base para creer en
la doctrina del infierno. Allí Jesús habló de cresas (o gusanos) que no mueren y de fuego que no se apaga. Si alguien le preguntara sobre este asunto, ¿qué le respondería?
Ciertas versiones de la Biblia dicen en los versículos 44 y 46 algo muy parecido a lo que dice el versículo 48. En la Traducción del Nuevo Mundo leemos lo siguiente en Marcos 9:47, 48: 
“Si tu ojo te hace tropezar, tíralo; mejor te es entrar con un solo ojo en el reino de Dios que con dos ojos ser arrojado al Gehena, donde su cresa no muere y el fuego no se apaga”.
Algunas personas aseguran que la declaración de Jesús apoya la idea de que las almas de los malvados sufren por toda la eternidad. Por ejemplo, la Sagrada Biblia de la Universidad de Navarra (edición de 1990) dice en una nota:
“Con [estas palabras] se refiere el Señor a los tormentos del infierno. Con frecuencia, el gusano que no muere se ha aplicado a los remordimientos eternos que atormentan a los condenados; y el fuego inextinguible, a la pena de sentido corporal”.
Sin embargo, comparemos las palabras de Jesús con el último versículo del libro de Isaías. ¿No es evidente que Jesús estaba aludiendo a este versículo? El Comentario Bíblico “San Jerónimo” señala que :
"el profeta estaba hablando de salir “de Jerusalén hacia el vecino valle de Himnón (Gehenna), donde en otros tiempos se practicaron sacrificios humanos (Jr 7,31), y que después se convertiría en el basurero de la ciudad”. 
Es obvio que el pasaje simbólico de Isaías 66:24 no habla de personas vivas que sufren tortura, sino de cadáveres. Además, según el texto bíblico, ¿quiénes son los que no mueren? Los gusanos, no los humanos vivos o las almas inmortales. Entonces, ¿qué significan las palabras de Jesús?
Observe el comentario que hace sobre Marcos 9:48 la obra católica El Evangelio de Marcos.
"Análisis lingüístico y comentario exegético, volumen II: “[La] frase [está] tomada de Isaías (66,24). El profeta expone los dos modos como suelen destruirse los cadáveres: la putrefacción y la cremación [...]. La yuxtaposición en el texto de gusanos y fuego refuerza la idea de destrucción [...]. Las dos fuerzas destructoras se describen como permanentes (‘no se apaga, no muere’): no hay manera de escapar de ellas. En la imagen, pues, los que perviven son el gusano y el fuego, no el hombre, y aniquilan todo lo que cae en su poder. No se describe, por tanto, un tormento eterno, sino una destrucción total, que, al impedir la resurrección, equivale a la muerte definitiva”. Y la nota a pie de página añade: “El [fuego] es, pues, una figura de la aniquilación”.
Esta manera de entender las palabras de Jesús es lógica, y todo el que sabe lo amoroso y justo que es el Dios verdadero debería ser capaz de verlo. Jesús no dijo que los malvados serían atormentados por toda la eternidad, sino que corren el riesgo de sufrir destrucción total sin posibilidad de resurrección.
[Notas]
Los manuscritos bíblicos más confiables no incluyen los versículos 44 y 46. Los especialistas reconocen que probablemente se trata de añadiduras posteriores. El profesor Archibald Thomas Robertson escribe:
 “Los mejores y más antiguos manuscritos no dan estos dos versículos. [Dichos manuscritos] proceden de las familias Occidental y Siria (Bizantina). [Los versículos] son una mera repetición del versículo 48. Por ello, [omitimos] los números 44 y 46 en nuestros versículos [por] no [ser] genuinos”.
“Realmente saldrán y pondrán la vista sobre los cadáveres de los hombres que estuvieron transgrediendo contra mí; porque los gusanos mismos que están sobre ellos no morirán, y su fuego mismo no se extinguirá, y tienen que llegar a ser algo repulsivo para toda carne.”(Isa. 66:24.)
PARA MAS INFORMACIÒN VISITE EL SITIO : www.jw.org

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