Palacios Javier
5 de noviembre de 2015
Aquí está una lista de cosas
que hay que enseñar a sus hijos a temprana edad:
1. Advierta a su Niña o niño que nunca debe
sentarse en el regazo de nadie, no importa la situación incluyendo tíos u otros
familiares cercanos.
2. Evite vestirse en frente de su hijo una vez
que él o ella tenga 2 años.
3. Nunca permita que sus hijos anden desnudos
en ningún lugar. Enséñeles amor y respeto propio.
4. Siempre que su hijo salga a jugar con los
amigos asegúrese de buscar una manera de averiguar qué tipo de juego practican;
especialmente en este tiempo donde los juegos sexuales son tan comunes y
explícitos entre niños y adolescentes.
5. Nunca obligue a su hijo a visitar a
cualquier adulto con el que no se sienta cómodo; y también deben estar atentos
si su hijo llega a ser demasiado aficionado a un adulto en particular.
6. Una vez que un niño, que es muy animado, de
repente se convierte en retraído, debe, con paciencia, tener que buscar el porqué
de su conducta.
7. Edúcalos cuidadosamente sobre los valores
correctos de la sexualidad. Si no lo hace, la sociedad va a enseñarles los
valores incorrectos.
8. Siempre es recomendable revisar lo que ven
en televisión, en Internet, o lo que leen, antes de darle libertad de que ellos
lo hagan.
9. Asegúrese de activar los controles
parentales en sus redes de cable e Internet; y asesore a sus amigos, sobre todo
a los que sus niños visitan a menudo.
10. Enseñe a sus niños de 3 años cómo lavar
sus partes íntimas correctamente; y adviértales que no permitan nunca que nadie
toque esas áreas.
11. No permita que algún varón, de ninguna
edad, ni parentesco, incluido el papa bañe a sus hijas. Solo la mama baña a las
niñas y cuidando de que sea en un lugar no público.
12. Aleje todo materiales asociados con
inmoralidad que ponga en peligro la salud mental de su hijo. (Esto incluye
música, películas e incluso amigos y familias).
13. Enséñales el respeto por el sexo opuesto.
14. En lo posible nunca los dejes con
desconocidos. Y si por fuerza mayor debes dejarlos con alguien que sea un un
familiar confiable y por poco tiempo.
15. Una vez que su hijo se queje de una
persona en particular, no guarde silencio al respecto.
A continuación dejo extracto de un artículo de
DESPERTAD de 1985 22 ene pág. 8:
Muéstrales a tus hijos que puedes defenderlos.
La siguiente experiencia muestra otro problema que afrontan los niños en
relación con el abuso sexual: Una señora relata que alguien abusó de ella
cuando era niña, y ella trató de decírselo a su madre. Pero no sabía las
palabras correctas y no podía explicarle lo que había ocurrido. La madre creía
que alguien simplemente había tratado de mostrarle cariño y que la niñita había
malentendido la situación y la había exagerado.
Debido a experiencias parecidas a ésa, los
asistentes sociales animan a los padres a enseñar a sus hijos los nombres
correctos de las partes del cuerpo. Denles el vocabulario para expresarse en
caso de que ocurriera lo peor.
Alertas, pero equilibrados
Una de las peores pesadillas de un padre o una
madre es que alguien se propasara en sentido sexual con su hija o hijo. No
obstante, tenemos que recordar que la mayoría de los adultos no van a
propasarse con nuestros hijos. La mayoría de nuestros parientes los aman y
estarán tan interesados como nosotros en protegerlos del abuso sexual.
Por otra parte, eso puede ocurrir. Y no basta
con simplemente esperar que no ocurra. El proverbio bíblico dice: “Sagaz es el
que ha visto la calamidad y procede a ocultarse” (Proverbios 22:3). Por
consiguiente, es prudente obrar con cautela, especialmente en vista de los
tiempos en que vivimos. Si evitamos, al mayor grado posible, el poner a
nuestros hijos en situaciones que los dejen vulnerables, si les explicamos los
límites que ni siquiera los adultos deben pasar, y si les enseñamos cómo
reaccionar en caso de que cualquier adulto trate de pasar esos límites,
entonces estamos haciendo muchísimo para proteger a nuestros hijos del que
quiera propasarse.
Si ocurriera lo peor
Ningún
padre ni madre puede proteger completamente del abuso sexual a su hijo o hija,
aunque el tomar precauciones sensatas disminuye enormemente la posibilidad de
que ocurra algo. No obstante, si los padres han establecido buena comunicación
familiar, tal vez los hijos e hijas hablen de ello en caso de que ocurriera lo
peor. Sin embargo, a veces la conmoción, o la vergüenza, que tal experiencia
causa a los niños hacen que ellos no quieran hablar del asunto. Por
consiguiente, los padres tienen que estar alerta. He aquí algunos indicios que
los investigadores dicen que quizás muestren que algo ha ocurrido.
Sospechen de cualquier cambio en la rutina normal. En cierto caso, un
maestro pedía a ciertos niños que fueran a la escuela mucho antes que los
demás. Observe cualquier indicio revelador en los niños, como calificaciones
escolares que empeoran o inquietud extrema al estar cerca de cierto adulto.
Cierta señora, quien de niña fue víctima de su hermano y su padre, dijo:
“Terminé al final de una clase de 42 estudiantes, y nadie trató de
averiguar por qué”.
Presten atención a síntomas físicos, como dolores de cabeza, vómitos o
pérdida de apetito, y dificultad en conciliar el sueño. Los problemas
genitales, como el dolor, son particularmente importantes. Estén pendientes de
tendencias precoces respecto a lo sexual que se manifiesten en el habla, la
vestimenta o la conducta. Estén alerta a cambios súbitos en conducta que
pudieran indicar que hay un problema. Si el niño se vuelve más reservado que de
costumbre o tiende a evitar a cierto miembro de la familia, esto debe servirles
de advertencia. También tenemos que estar atentos a los mensajes indirectos que
nuestros hijos nos comunican. La declaración: “Ya no me gusta el maestro de
matemáticas”, tal vez sea el modo como el niño o la niña trata de sacar a
colación este asunto dificultoso.
Si los
padres observan cualquier indicio como ése en su hijo o hija, deben tratar de
averiguar qué anda mal. El niño o la niña tienen un problema, y tal vez sea un
problema de abuso sexual. Si así es, el niño o la niña necesita ayuda.
Desgraciadamente, muchos niños no reciben dicha ayuda. A los niños con quienes
alguien se ha propasado se les ha acusado de haber inventado el incidente,
aunque los investigadores nos aseguran que los niños rara vez, si acaso alguna,
inventan acciones de esa índole. El incesto se ha encubierto para no desbaratar
la familia.
No
obstante, si se descubre que alguien se ha propasado —y ha habido especialmente
incesto—, hay que dar dos pasos inmediatamente:
Primero, el niño o la niña en cuestión —y otros niños también— tiene que
recibir protección de cualquier otro incidente abusivo. Esto tiene que hacerse,
cueste lo que cueste. En muchos casos hay que hacer frente al culpable de
haberse propasado. Pero sea lo que sea que se requiera, es importante que el
niño o la niña tenga la seguridad de que el culpable de haberse propasado nunca
podrá acercársele de nuevo.
Segundo, hay que dar al niño o la niña mucho amor y apoyo emocional. Los
padres tienen que explicar con mucha claridad a la pequeña víctima que ella no
tiene la culpa. El delito y cualquier cosa que ocurra como resultado de éste
—incluso si un pariente cercano va a parar en la prisión— no es culpa del niño
o la niña. ¡Pero dichas palabras tranquilizadoras hay que repetirlas muchas
veces, de modo que la víctima llegue a creerlas... y crea que los padres las
creen también!
Recuerda que somos padres formando a futuros
padres.
Y recuerda "el dolor dura TODA LA VIDA.
Gracias por leer este artículo, comparte y
recomienda a otros si te sirvió de ayuda.
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