“ENTREN por la puerta angosta —dijo Jesús—;
porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos
son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el
camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo capítulo 7:
versículos 13 y14.) Según la Palabra de Dios, solo hay dos clases de religión:
una verdadera y otra falsa; una acertada y otra equivocada; una que lleva a la
vida y otra que lleva a la destrucción.
Algunas personas creen que a Dios le agradan
todas las religiones, pero los siguientes textos bíblicos muestran que no es
así:
●La palabra de Dios dice: “Los hijos de Israel
de nuevo procedieron a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, y empezaron
a servir a las imágenes de Astarté y a los dioses de Siria y a los dioses de
Sidón y a los dioses de Moab y a los dioses de los hijos de Ammón y a los
dioses de los filisteos. De modo que dejaron a Jehová y no le sirvieron. Ante
esto, la cólera de Jehová se encendió contra Israel.” (Jueces capítulo 10: versículos
6 y 7.) Si adoramos a ídolos o a alguna deidad aparte del Dios verdadero, no
tendremos la aprobación de Jehová.
● Jesucristo dijo: “Este pueblo me honra con
los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano me siguen adorando,
porque enseñan como doctrinas mandatos de hombres.” (Marcos capítulo 7: versículos
6 y 7.) Si quienes afirman adorar a Dios
enseñan sus propias ideas en vez de lo que dice la Biblia, su adoración es
inútil. Dios no la acepta.
● La biblia dice: “Dios es un Espíritu, y los
que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad.” (Juan capítulo 4:
versículo 24.) Nuestra adoración debe estar de acuerdo con la verdad de la
Palabra de Dios.
¿Cuál es una forma de distinguir la religión
verdadera de la falsa? Y ¿Cómo se puede saber si a Dios le agrada o no una
religión en concreto? Jesús dijo: “Todo árbol bueno produce fruto excelente,
pero todo árbol podrido produce fruto inservible [...]. Realmente, pues, por
sus frutos reconocerán a aquellos hombres”. En otras palabras, si una religión
proviene de Dios, dará buen fruto; pero si proviene de Satanás, dará mal fruto
(Mateo Capitulo 7: versículos 15 al 20).
Tomemos como ejemplo el comercio de esclavos
africanos. La Nueva Enciclopedia Británica dice: “Entre los años 650 y 1905,
unos dieciocho millones de africanos fueron vendidos como esclavos en el
mercado islámico del Sahara y en el del océano Índico. Transcurrida la mitad
del siglo 15, los europeos comenzaron a traficar con esclavos en la costa oeste
de África, y para 1867 se transportó en barco al Nuevo Mundo de siete a diez
millones de africanos”.
¿Qué postura adoptó la religión durante
aquella difícil época en África cuando hombres, mujeres y niños fueron
separados a la fuerza de sus hogares y sus familias, encadenados, marcados con
hierros calientes y vendidos como si fueran ganado? lo siguiente fue escrito en
el periódico Daily Nation, de Nairobi (Kenia): “Tanto el cristianismo como el
islam creen en la unidad de los hombres y, sin embargo, las dos religiones han
producido sociedades esclavistas llenas de prejuicio racial. [...] Debemos
admitir la culpa que compartimos cristianos y musulmanes, el Occidente y el
Oriente Medio, y también reconocer la ceguera moral que provocó un inmenso
sufrimiento a los africanos durante siglos”.
La religión y la guerra
La religión falsa ha mostrado su fruto podrido
de otras maneras. Por ejemplo, aunque la Biblia manda ‘amar al prójimo’, los
dirigentes religiosos de todo el mundo han promovido la guerra o le han dado todo
su apoyo (Mateo 22: versículo 39).
Es un hecho bien conocido que en 1994 hubo monjas
y sacerdotes que participaron en las matanzas de Ruanda. La religión también ha
tenido un papel importante en otros conflictos de África. Por ejemplo, durante
la sangrienta guerra civil de Nigeria, las religiones de los dos bandos
animaron a la gente a luchar. Mientras se libraba esa guerra, un pastor dijo
que los dirigentes eclesiásticos habían “abandonado la labor dada por Dios”. Y
agregó: “Nosotros, que nos llamamos ministros de Dios, nos hemos convertido en
ministros de Satanás”.
La
Biblia dice casi lo mismo: “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de
luz. No es, por lo tanto, gran cosa el que sus ministros también sigan
transformándose en ministros de justicia” (segunda a los Corintios 11: versículo
14 y 15). Tal como muchos hombres malvados fingen ser buenos, Satanás engaña a
la gente con ministros que parecen ser justos, pero que llevan a cabo actos
perversos y dan fruto podrido.
Los dirigentes religiosos de todo el mundo han
predicado el amor, la paz y la bondad, pero han practicado el odio, la guerra y
la maldad. La Biblia los describe bien con estas palabras: “Declaran
públicamente que conocen a Dios, pero por sus obras lo repudian” (Tito 1: versículo
16).
EN CAMBIO, La religión verdadera produce personas que se
aman entre sí y aman a los demás. La razón es que Jehová mismo es un Dios de
amor. Jesús dijo: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si
tienen amor entre sí”. ¿Cumplen las religiones con este requisito de la
adoración verdadera? (Juan 13: versículo 35; Lucas 10: versículo 27; primera de
Juan 4: versículo 8.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario