viernes, 13 de diciembre de 2013

OMNIPRESENCIA DE DIOS ¿ ESTA EN TODAS PARTES AL MISMO TIEMPO ?




Quiero responder a una usuaria que comentó lo siguiente :

lucia ruizrodriguez18 de noviembre de 2013 09:41querido hermano Apolos usted mismo se contradice. Si dice que los OJOs de Dios estan en todo lugar quiere decir que SI es Omnipresente nuestro Dios AMEN.  1.Dios es omnipresente. Esto significa que está presente en todas partes al mismo tiempo            (Sal. 139:7-10, Jer. 23:23-24).

Comentario escrito en la ENTRADA  de este blog
EN VERDAD TE DIGO HOY : ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO"

Pues esta es nuestra respuesta , dada con amor y con el propósito de enseñar la "sana doctrina" de Nuestro Señor Jesús.Diversas religiones enseñan que Dios es omnipresente, es decir, que está en todas partes a la vez. Por ejemplo, el Diccionario Manual Teológico señala que “Dios está completamente presente en todos los lugares”. 

Asimismo, John Wesley, fundador de la Iglesia Metodista, escribió en un sermón titulado “Sobre la omnipresencia de Dios”: “No hay un solo punto de espacio, ya sea dentro o fuera de los límites del universo creado, donde Dios no esté”.



¿Qué enseña realmente  la Biblia sobre este asunto? ¿Es Dios omnipresente? ¿Reside al mismo tiempo en cada rincón del cielo y de la Tierra, e incluso en los seres humanos?


En realidad, la Biblia indica que Dios mora en  los cielos.
En ella leemos una oración en la que el rey Salomón le suplicó a Dios:

“Dígnate escuchar tú mismo desde los cielos, el lugar establecido de tu morada” (1 Reyes 8:43)

Además, cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, comenzó de esta manera:
“Padre nuestro que estás en los cielos” (Mateo 6:9).

 La Biblia también afirma que Cristo, después de resucitar, entró en el cielo mismo, para comparecer [...] delante de la persona de Dios” (Hebreos 9:24).

Estos versículos muestran claramente que Jehová reside en el cielo, y no en todas partes. Desde luego, “los cielos” que se mencionan en estos textos bíblicos no pueden referirse a la atmósfera que envuelve la Tierra ni al inmenso espacio sideral. ¿Por qué? Porque los cielos físicos no pueden contener al Creador del universo (1 Reyes 8:27).

La Biblia enseña que “Dios es un Espíritu” (Juan 4:24). Él vive en los cielos espirituales, un ámbito aparte del universo físico (1 Corintios 15:44).

¿Y qué se puede decir de los pasajes bíblicos que parecen indicar que Dios está en todas partes? 

Ese es el caso del Salmo 139:7-10, donde David escribió respecto a Dios:

“¿Adónde puedo irme de tu espíritu, y adónde puedo huir de tu rostro? Si ascendiera al cielo, allí estarías; y si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira!, tú estarías allí. Si tomara las alas del alba, para poder residir en el mar más remoto, allí, también, tu propia mano me guiaría y tu diestra me asiría”.

 ¿Demuestran estos versículos que Dios es omnipresente, o sea, que está en todos esos sitios?

Observe lo primero que David preguntó: “¿Adónde puedo irme de tu espíritu[?]”

Mediante su espíritu santo, Dios puede verlo todo y ejercer su poder en cualquier lugar sin necesidad de desplazarse o de morar allí. Para ilustrarlo: en años recientes, los científicos han estudiado el suelo del planeta Marte, situado a millones de kilómetros de la Tierra.

¿Cómo lo han logrado?
En vez de viajar hasta allí, han analizado las fotos y los datos transmitidos por las sondas de exploración enviadas a Marte.

Del mismo modo, Jehová no tiene que hallarse en todas partes —es decir, ser omnipresente— para estar al tanto de lo que sucede en cualquier punto del universo.
La Palabra de Dios declara: “No hay creación que no esté manifiesta a la vista de él” (Hebreos 4:13).
 

 El  poder  de Jehová, su espíritu santo, puede llegar a cualquier sitio. De ese modo, Dios ve todas las cosas y cumple su propósito desde una ubicación fija: su “santa morada” en los cielos (Deuteronomio 26:15).

Lo que más me sorprende de los "creyentes" es que NO LE CREEN A LA PALABRA DE DIOS , NI A LA PALABRA DE JESÚS , INSPIRADA POR EL SANTO ESPIRITU , de ahí que me pregunte;  y con justa RAZÓN:

¿ CREYENTES DE QUIÉN O DE QUÉ ES QUE SON ? 

miércoles, 16 de octubre de 2013

¿CAMBIAN LAS DOCTRINAS LOS TESTIGOS DE JEHOVÀ ?

En alguna ocasión tal vez encuentran a alguien en el territorio que tras ver algún vídeo de YouTube se cree experto opositor de nuestra congregación Mundial , la Organización Terrestre de Jehová.

Pero les pasa como la ovejita miope que siempre usaba una lupa para ver a sus compañeras y veía sus
facciones aumentadas y decía QUE OJONA!! O QUE NARIZONA!!! , pero cuando se equivocó y tomó el espejo dijo más asustada : HUUUYYY!!!  ESTA ESTÁ PEOR !!!!

 Pues me refiero al argumento de que en nuestras publicaciones HAY CONTRADICCIONES .
Para poner un ejemplo citaré de el caso del entendimiento refinado sobre el ESCLAVO FIEL,

Primero veamos si en realidad HAY CONTRADICCIÓN
1.- Antes se  creía que APARENTEMENTE  TODOS los Ungidos formaron el esclavo fiel en toda la historia , así APARENTEMENTE ; una generación de esclavos instruiría o alimentaría a otra generación de esclavos sucesivamente ( El Reino de Mil Años Cap 17 Pag 345 Párr 29 , segunda oración) .
2- Ahora se cree que el Esclavo fue nombrado en 1919 como esclavo sobre los domésticos.( Atalaya julio 13)
En este caso los amigos opositores olvidan leer la expresión APARENTEMENTE , pues APARENTEMENTE ellos que critican las supuestas contradicciones o son ignorantes , ciegos o simplemente HIPÓCRITAS CRITICONES Y BURLADORES,
En definitiva ES PROBABLE QUE LO SEAN O NO TENEMOS SEGURIDAD DE QUÉ ES LO QUE ADOLECEN .
apariencia.(Del lat. apparentĭa).
1. f. Aspecto o parecer exterior de alguien o algo.
2. f. Verosimilitud, probabilidad.
3. f. Cosa que parece y no es.
(Dicc. RAE)
Esto desmonta cualquier supuesta CONTRADICCIÓN FUTURA pues solo APARENTABA SER ASÍ , o ASÍ ERA COMO PODÍAMOS ENTENDERLO EN ESE TIEMPO , por otro lado , AL PULIR EL ENTENDIMIENTO GRACIAS AL SANTO ESPÍRITU DE DIOS , podemos aclarar este concepto y entender que LA CLASE DEL ESCLAVO FIEL fue nombrada DESPUÉS de la inspección de 1914 -1918 y que desde entonces se ha mantenido trabajando para establecer, según el cambio de los tiempos,  la manera apropiada de comportarse como miembros de la casa de la fe. ,

Lo podemos ilustrar como el mismo desarrollo CIENTÍFICO , este ha ido PULIÉNDOSE POCO A
POCO , por ejemplo hace 500 años se creía que la tierra era plana y que unas tortugas gigantes la contradice el CONOCIMIENTO CIENTÍFICO ACTUAL que dicta que el SOL NO ES EL CENTRO DEL UNIVERSO !!!!
sostenían , y que la tierra era EL CENTRO del Universo, por lo que el SOL GIRABA alrededor de la Tierra, IDEA mas o menos acertada en algunos puntos POR EJEM: existe la tierra y el sol, y alguno de ellos gira alrededor del otro, asunto establecido hasta que Copérnico aportó mas iluminación a esta verdad ESTABLECIÉNDOSE CIENTÍFICAMENTE QUE EL SOL ERA EL CENTRO DEL UNIVERSO !!!!! , "Verdad" científica que

De ahí que quienes pretendan juzgarnos por el conocimiento primitivo de nuestra congregación comparándolo con el entendimiento ACTUAL es además de ilógicos , infructuoso. ya que nuestras publicaciones han ido ajustándose a los refinamientos de la comprensión de la palabra de Dios , así como los textos científicos han ido ajustando sus teorías al grado que van entendiendo mejor el universo .

Dejo este comentario para que sirva de ejemplo de cómo es fácil entender los ajustes de nuestro entendimiento Bíblicos y que no hemos sido los primeros ni seremos los últimos  en hacer estos ajustes en su entendimiento .

De ustedes mrjjpalacios.

martes, 4 de junio de 2013

MATEO 6 : 9 -- EL PADRE NUESTRO Y EL PLAN DE SALVACIÓN-



   Tengan buenos días mis queridos hermanos. En muchas
ocasiones hemos compartido en foros
temáticos el asunto de LA SALVACIÓN , Entre los argumentos esgrimidos por los creyentes de la cristiandad está el llamado PLAN DE SALVACIÓN, una suerte de plan maestro de Dios para SALVAR  al hombre de fe. Este PLAN consiste en que el Hombre reconozca que es pecador, se arrepienta , crea en Jesús y se bautice para ser SALVO e ir AL CIELO.  El problema de esta teología es que LA SALVACIÓN DEL HOMBRE no es el principal objetivo de Dios. Aunque cumple un  papel de vital importancia para la humanidad el sacrifico de Jesús logra mucho más que eso. Esto lo explicaremos a continuación.
   La razón más importante por la cual el Hijo de Dios vino a la Tierra no fue para salvar a la humanidad. Más bien, fue para resolver las cuestiones que con difamación hizo surgir Satanás respecto a la soberanía de Jehová. Satanás acusó " al hombre" de servir a Dios por motivos egoístas. Al referirse AL HOMBRE también incluye a todo el ser humano sobre la tierra lo que por supuesto incluyó a Jesús, además de tentar al Cristo se valió de sus agentes terrestres para presionar hasta lo sumo al Hijo de Dios ¿ Con qué fin ? Con el fin de demostrar que hasta el Hijo de Dios podía apartarse del propósito de Jehová. Pero su OBEDIENCIA demostró que Satanás es un vil mentiroso y esta OBEDIENCIA hasta la muerte le permitió RESCATAR A LA HUMANIDAD del pecado y la muerte.
  Y aquí radica la principal obra de Jesús , LA OBEDIENCIA , ya que Adán PRIMERO desobedeció y luego MURIÓ , del mismo modo JESÚS PRIMERO OBEDECIÓ Y LUEGO FUE RESUCITADO . Lo que nos enseña es que PRIMERO SE VIOLÓ LA SOBERANÍA DE JEHOVÁ , lo que trajo la separación del hombre de la presencia santa de Dios , lo que trajo como CONSECUENCIA el pecado y la muerte . Por tanto lo que debía resolverse es si el ser humano PODRÍA OBEDECER A DIOS FIELMENTE A PESAR DE LA PRESIÓN SATÁNICA. Job era un humano IMPERFECTO y por tanto pecador que demostró ser leal, Jesús "el ULTIMO ADÁN " debía ser obediente hasta la muerte" y demostrar por su obediencia que NO MERECÍA MORIR. De allí que la MUERTE DE JESÚS primero reivindicó la soberanía de Dios sobre el hombre y COMO CONSECUENCIA DE ESTO HAY RESCATE para los pecadores.
   Nosotros ahora debemos PRIMERO DEMOSTRAR FE EN EL SACRIFICIO DE JESÚS , para ser
"justificados" y SOLO ENTONCES PODEMOS BENEFICIARNOS DEL SACRIFICO REDENTOR DE CRISTO. Lo que nos enseña esto es que si usted y yo NO DEMOSTRAMOS NUESTRA FE ,el sacrifico redentor NO NOS BENEFICIARÁ en lo absoluto.
  ¿ Era esto " el PLAN DE SALVACIÓN "? No , en lo absoluto, aunque la salvación de la humanidad es la mayor muestra de AMOR de parte de Dios, restablecer la soberanía Divina y dejar en evidencia el fracaso de los rebeldes , es MAS IMPORTANTE QUE SALVARNOS . ¿ Cómo es esto ? Pues para explicarlo mejor lo invito a repasar la ORACIÓN MODELO , conocida como el Padre Nuestro y a medida que avancemos en su análisis determine usted mismo qué cosas son de PRIMORDIAL IMPORTANCIA.
Análisis del padrenuestro

“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.”Jesús llamó a Dios “Padre”, y con buena razón, pues, como todo buen padre, es cariñoso y protector. Además, tiene un nombre personal, Jehová, el cual no debe confundirse con ninguno de los muchos títulos que posee, tales como “Todopoderoso”, “Dios” o “Señor” (Salmo 83:18). Pero ¿por qué es necesario que su nombre sea santificado? Porque su nombre y reputación han quedado manchados por la calumnia.
Por ejemplo, hay quienes culpan a Dios de sus dificultades. Pero la realidad es que muchas de ellas son culpa de los propios seres humanos o se deben a que la persona estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado (Proverbios 19:3; Eclesiastés 9:11). Otros lo acusan de provocar los desastres naturales. Sin embargo, la Biblia nos explica que “con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie” (Santiago 1:13). Y muchas religiones enseñan que los malos acaban en las llamas del infierno, donde Dios los castiga torturándolos por toda la eternidad. Al Dios de amor le tiene que ofender muchísimo esta doctrina (Jeremías 19:5; 1 Juan 4:8). La realidad es que “el salario que el pecado paga es [la] muerte”, no el tormento eterno (Romanos 6:23).

“Venga tu reino.”El Reino de Dios es un gobierno con Jesucristo como Rey. Daniel 7:14 profetizó: “A él fueron dados gobernación y dignidad y reino”. ¿Cuándo vendrá? Pronto, cuando intervenga en los asuntos humanos, aplastando a los demás gobiernos y ejerciendo el control absoluto sobre toda la Tierra (Daniel 2:44).

“Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.”Bajo ese gobierno, la humanidad entera hará la voluntad de Dios y, como resultado, disfrutará de verdadera paz y adorará a Jehová como él quiere. No existirán factores divisivos como la política o la religión falsa. En sentido figurado, “la tienda de Dios [estará] con la humanidad”, dice Revelación (Apocalipsis) 21:3. El versículo 4 añade: “[Él] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.

“Danos hoy nuestro pan para este día.”Después de mencionar lo que debe ser prioritario en nuestras oraciones —a saber, el nombre y el Reino de Dios—, Jesús se centró en nuestras necesidades. Indicó que no debemos afanarnos por conseguir mucho más de lo necesario “para este día”. En lugar de eso, tengamos presente el consejo que da Proverbios 30:8, que La Palabra de Dios para Todos traduce así: “No me des pobreza ni riqueza; dame sólo el pan de cada día”.

“Perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores.”El término que se traduce “deudas” significa “pecados”. Dios merece que lo obedezcamos, pero cuando no lo hacemos, es decir, cuando pecamos, es como si acumuláramos una deuda con él. Sin embargo, Jehová está dispuesto a perdonárnosla si nosotros también perdonamos a quienes nos ofenden (Mateo 18:21-35).

“No nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo.”Aquí el “inicuo” se refiere a Satanás, el Diablo, a quien la Biblia también llama “el Tentador” (Mateo 4:3). La carne es débil debido a nuestra imperfección, por lo que necesitamos la ayuda de Jehová para oponernos a Satanás y sus colaboradores humanos (Marcos 14:38).
La oración de Jesús puede ayudarnos a mejorar las nuestras, sobre todo en lo que respecta al orden de prioridades. Y eso no es todo. También aclara cuál es el tema principal de la Biblia: la santificación del santo nombre de Dios, la destrucción de la maldad y el establecimiento de la paz en la Tierra mediante el Reino de Dios. ¡Cuántas perlas espirituales ensartó Jesús en esta breve oración!
  Nunca olvidemos el asunto de más importancia , MAS IMPORTANTE QUE NUESTRA VIDA = ser leales y sumisos ante la soberanía de Dios , quien es el único que tiene derecho a gobernarnos y designar a nuestro gobernante eterno Jesucristo quien gobierna desde el cielo sobre los que creemos en LA SANTIFICACIÓN DEL GRAN NOMBRE DE JEHOVÁ.




martes, 30 de abril de 2013

Mateo 16 : 18 : ¿ QUIEN ES LA PIEDRA?


MASA ROCOSA
Traducción de la palabra griega pé·tra (género femenino), que designa una peña o masa rocosa (Mt 7:24, 25; 27:51, 60; Lu 6:48; 8:6, 13; Rev 6:15, 16), y por lo tanto difiere de pé·tros (Pedro, género masculino y empleado como nombre propio), que significa un “trozo de roca”. Esta distinción deja claro que Jesús no estaba usando términos sinónimos cuando le dijo a Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta masa rocosa edificaré mi congregación”. (Mt 16:18.) Incluso en la versión aramea (siriaca) se ve la distinción debido a la diferencia de género de la partícula que precede a la palabra kiʼfaʼ, usada tanto para “Pedro” como para “roca”. “Pedro” está precedido por el pronombre verbal masculino (hu), y “roca”, por el adjetivo demostrativo femenino (hadeʼ).


Es obvio que los apóstoles no entendieron que la declaración de Jesús significaba que Pedro era la masa rocosa, pues más tarde disputaron en cuanto a quién parecía ser el mayor entre ellos. (Mr 9:33-35; Lu 22:24-26.) No habría habido base para tal discusión si a Pedro se le hubiese dado la primacía como la masa rocosa sobre la que tenía que edificarse la congregación. Las Escrituras muestran claramente que todos los
apóstoles son igualmente piedras de fundamento. Todos ellos, incluido Pedro, descansan sobre Cristo Jesús, la piedra angular de fundamento. (Ef 2:19-22; Rev 21:2, 9-14). Pedro mismo identificó a la masa rocosa (pé·tra) sobre la que se edifica la congregación como Cristo Jesús. (1Pe 2:4-8.) De manera similar, el apóstol Pablo escribió: “Porque bebían [los israelitas] de la masa rocosa espiritual que los seguía, y aquella masa rocosa significaba el Cristo”. (1Co 10:4.) Por lo menos en dos ocasiones y en dos diferentes lugares, los israelitas recibieron una provisión milagrosa de agua de una masa rocosa. (Éx 17:5-7; Nú 20:1-11.)

Por lo tanto, podría decirse que la masa rocosa, como fuente de agua, en realidad los siguió, y esa masa rocosa fue un tipo o símbolo de Cristo Jesús, que en una ocasión dijo a los judíos: “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba”. (Jn 7:37.)

También es digno de mención que Agustín (354-430 E.C.), llamado generalmente “San Agustín”, en un tiempo creía que Pedro era la masa rocosa, pero más tarde cambió de punto de vista. Escribió: “No se deriva la piedra de Pedro, sino Pedro de la piedra, como Cristo no viene de cristiano, sino cristiano de Cristo. Por eso dice el Señor: Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; porque Pedro había dicho: Tú eres Cristo, Hijo de Dios vivo. Sobre esta piedra que él confesó, edificaré mi Iglesia. La piedra era Cristo, y sobre ese fundamento estaba edificado también Pedro. Nadie puede poner otro fundamento distinto del que está puesto, que es Cristo Jesús”. (Tratados sobre el Evangelio de San Juan, 124, 5.)

miércoles, 10 de abril de 2013

MATEO 10 : 28 - El Infierno Según las fuentes más confiables de la Iglesia Católica, con citas Bíblicas

El Infierno
Según las fuentes más confiables de la Iglesia Católica, con citas Bíblicas



Si hay un peligro mortal ante nosotros, el amor exige que quienes lo saben alerten a todos cuanto antes. El infierno es no solo un peligro mortal sino también eterno. Es en realidad la desgracia total y definitiva que nos puede ocurrir. “El que desprecia el infierno o lo olvida, no escapará de él.”  -San Juan Crisóstomo. 
 Que interesante la enseñanza Católica del Infierno, además de instruirnos en sus contradicciones ,mismas que ha logrado en los supuestos dos mil años de antigüedad sin revisar su fecha de espiración.
Arriba vemos cómo "las fuentes MAS CONFIABLES enseñan apropiadamente que relacionado al  INFIERNO hay peligro de MUERTE ETERNA algo novedoso en las mentes CATÓLICAS ENTRENADAS con el Catecismo.( 1035)
  
Las fuentes MAS CONFIABLES continúan : 
Dios es amor.  "(Dios) quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen a la conversión" ( 2 P. 3,9). Por ese amor infinito envió a su único Hijo, Quien se hizo hombre y murió por nuestra salvación. Pero si no nos convertimos a El en el tiempo limitado que tenemos en la tierra, si nos obstinamos en seguir viviendo en pecado mortal, entonces iremos al infierno.  No podremos culpar a Dios. El ya lo hizo nos abrió las puertas del cielo. Pero no nos forzará a entrar.
Otra vez apropiadamente citan un texto que afirma que los PECADORES PERECEN , esta idea no es nueva para el siervo de Dios pues ya en tiempos del AT se dijo en Ezequiel 18 : 4 que las ALMAS que pecaren MORIRÍAN, mas siendo el caso que SOMOS PECADORES y que Cristo murió POR NUESTROS PECADOS  , ya no perecemos ETERNAMENTE sino que podemos SALVARNOS DE ESE " peligro MORTAL Y ETERNO : el Infierno."
   Sigamos analizando semejante argumento :
Jesucristo habló claramente del infierno.
En el Nuevo Testamento se le llama "gehenna":
Mateo 5:22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.

Mateo 5:29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.
Mateo 10:28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. 
Mateo 23:33  «¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna?

Santiago 3:6 Y la lengua es fuego, es un mundo de iniquidad; la lengua, que es uno de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por la gehenna, prende fuego a la rueda de la vida desde sus comienzos. 
 Amigos yo no sé ustedes pero aquí aunque dice GEHENA me resulta ajeno a lo que la gente piensa que es el Infierno ( SEOL-HADES)
   Sigamos entendiendo esta Babel de explicaciones confusas :
Von Balthasar y Addrienne Von Speyr describieron el infierno como el estado del hombre que experimenta una terrible e infinita soledad y falta de felicidad por haberse separado de Dios.
Aquí "las fuentes mas confiables" dicen que el Infierno es "UN ESTADO" ....
EL INFIERNOTomado de Manual de Teología Dogmática por Ludwig OttI. La Realidad del infiernoLas almas de los que mueren en estado de pecado mortal van al infierno (de fe).El infierno es un lugar y estado de eterna desdicha en que se hallan las almas de los réprobos.

Y aquí las "fuentes mas confiables "dicen que el infierno es "un lugar"
 El Catecismo de la Iglesia Católica dice :
1035 La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" (cf DS 76; 409; 411; 80 1; 858; 1002; 135 1; 1575; SPF 12). La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira.

Claramente vemos que estos señores entienden que LAS ALMAS DE LOS PECADORES NO PERECEN NI MUEREN sino que sufren " las penas del Infierno" Inmediatamente después de la muerte.y a continuación el mismo catecismo dice en otro punto que la Biblia dice que Dios no quiere que "nadie perezca" , recordemos que la Palabra de Dios enseña que" el alma que peca MORIRÁ" , nunca se enseña que el alma que peca VIVIRÁ ETERNAMENTE.


1037 Dios no predestina a nadie a ir al infierno (cf DS 397; 1567); para que eso suceda es necesaria una aversión voluntaria a Dios (un pecado mortal), y persistir en él hasta el final. En la liturgia eucarística y en las plegarias diarias de los fieles, la Iglesia implora la misericordia de Dios, que "quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen a la conversión" (2 P 3:9).


Amigos , los invito a debatir estos rebuscados argumentos antibiblicos. si alguien entiende como es que las almas que mueren siguen vivas , estando alejadas de Dios , " la fuente de la vida " , por favor me explica . 

miércoles, 16 de enero de 2013

EL NACIMIENTO DE LA TRINIDAD , FUENTES HISTÓRICAS.

—¿Cuándo y cómo se produjo la doctrina de la Trinidad?
Los primeros tres artículos de esta serie mostraron que ni Jesús ni sus discípulos ni los primitivos Padres de la Iglesia enseñaron la doctrina de la Trinidad (La Atalaya del 1 de noviembre de 1991, 1 de febrero de 1992 y 1 de abril de 1992). Este último artículo considerará cómo se desarrolló el dogma de la Trinidad y qué papel desempeñó el Concilio de Nicea de 325 E.C.
EN EL año 325 E.C., el emperador romano Constantino convocó un concilio de obispos en la ciudad de Nicea, Asia Menor. Su objetivo era zanjar las continuas disputas religiosas sobre la relación del Hijo de Dios con el Dios Todopoderoso. Respecto a los resultados de ese concilio, la Encyclopædia Britannica dice:
“Constantino mismo presidió y dirigió activamente las discusiones y personalmente propuso [...] la fórmula decisiva que expresaba la relación de Cristo con Dios en el credo que el concilio emitió, que es ‘consustancial [ho·mo·óu·si·os] al Padre’. [...] Impresionados por el emperador, los obispos —con solo dos excepciones— firmaron el credo, aunque muchos de ellos no estaban muy inclinados a hacerlo”1.
¿Se debió la intervención de ese gobernante pagano a sus convicciones bíblicas? No. El libro A Short History of Christian Doctrine (Breve historia de la doctrina cristiana) declara: “Básicamente, Constantino no entendía nada de las preguntas que se hacían en teología griega”2. Lo que sí entendía era que las disputas religiosas amenazaban la unidad de su imperio, y quería zanjarlas.
¿Estableció la doctrina de la Trinidad?
¿Estableció o confirmó la Trinidad como una doctrina de la cristiandad el Concilio de Nicea? Muchas personas suponen que así fue. Pero los hechos muestran lo contrario.
El credo que ese concilio promulgó ciertamente sostuvo varias ideas acerca del Hijo de Dios que permitirían a diversos clérigos considerarlo en cierto modo igual al Dios Padre. Sin embargo, es instructivo ver lo que no dijo el Credo de Nicea. Según se publicó originalmente, el credo entero decía:
“Creemos en un solo Dios Padre omnipotente, creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles; y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo y las que hay en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió y se encarnó, se hizo hombre, padeció, y resucitó al tercer día, subió a los cielos, y ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Y en el Espíritu Santo”3.
¿Dice este credo que Padre, Hijo y espíritu santo son tres personas en un solo Dios? ¿Dice que los tres son iguales en eternidad, poder, posición y sabiduría? No, no lo dice. No contiene ninguna fórmula de tres en uno. El Credo de Nicea original no estableció ni confirmó la Trinidad.
Como mucho, ese credo iguala al Hijo con el Padre cuando dice que el Hijo es “consustancial” a él. Pero no afirma nada parecido acerca del espíritu santo. Lo único que dice es que “creemos [...] en el Espíritu Santo”. Esa no es la doctrina de la Trinidad que enseña la cristiandad.
Ni siquiera la expresión clave “consustancial” (ho·mo·óu·si·os) quiso decir necesariamente que el concilio creía en una igualdad numérica de Padre e Hijo. La New Catholic Encyclopedia informa:
“Es dudoso que el Concilio tuviera la intención de confirmar la identidad numérica de la sustancia de Padre e Hijo”4.
Aunque el concilio hubiera querido decir que el Hijo y el Padre eran uno numéricamente, todavía no habría una Trinidad. Solo habría un Dios de dos en uno, no de tres en uno como lo precisa la doctrina de la Trinidad.
“El punto de vista de una minoría”
En Nicea, ¿creían los obispos en general que el Hijo era igual a Dios? No, había puntos de vista en conflicto. Por ejemplo, uno de ellos lo representaba Arrio, quien enseñaba que el Hijo había tenido un comienzo finito en el tiempo y por lo tanto no era igual a Dios, sino que estaba subordinado en todo sentido. Por otro lado, Atanasio creía que el Hijo era igual a Dios en cierto modo. Y había otros puntos de vista.
Martin Marty declara en cuanto a la decisión que el concilio tomó respecto a considerar que el Hijo era de la misma sustancia (consustancial) que Dios: “Nicea en realidad representó el punto de vista de una minoría; el acuerdo fue molesto e inaceptable para muchos que no compartían el parecer arriano”5. De igual manera, el libro A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church (Biblioteca escogida de padres nicenos y posnicenos de la iglesia cristiana) menciona que “solo una minoría adoptó la posición doctrinal formulada con claridad que contrastaba con el arrianismo, aunque tal minoría triunfó”6. Y A Short History of Christian Doctrine indica:
“Lo que a muchos obispos y teólogos del Oriente les pareció especialmente censurable fue el concepto que Constantino mismo introdujo en el credo, el homoousios [“consustancial”], que en la contienda posterior entre la ortodoxia y la herejía llegó a ser objeto de disensión”7.
Las controversias perduraron después del concilio por décadas. Los que favorecían la idea de igualar al Hijo con el Dios Todopoderoso hasta cayeron en desgracia por un tiempo. Por ejemplo, Martin Marty dice de Atanasio: “Su popularidad ascendió y descendió, y se le desterró tantas veces [durante los años posteriores al concilio] que se convirtió prácticamente en un viajero que iba y venía”8. Atanasio pasó años en el destierro porque hubo funcionarios políticos y eclesiásticos que se opusieron a sus puntos de vista de que el Hijo y Dios eran iguales.
De modo que es inexacto afirmar que el Concilio de Nicea de 325 E.C. estableció o confirmó la doctrina de la Trinidad. Lo que luego llegó a ser la enseñanza de la Trinidad no existía en aquel tiempo. La idea de que el Padre, el Hijo y el espíritu santo eran cada uno el Dios verdadero y eran iguales en eternidad, poder, posición y sabiduría aunque un solo Dios —un Dios de tres en uno— no se produjo en ese concilio ni fue formulada por los primitivos Padres de la Iglesia. Como declara The Church of the First Three Centuries:
“La doctrina popular moderna de la Trinidad [...] no deriva apoyo alguno del lenguaje de Justino [Mártir]: y esta observación puede extenderse a todos los Padres Antenicenos; es decir, a todos los escritores cristianos por tres siglos después del nacimiento de Cristo. Es verdad que ellos hablan acerca del Padre, el Hijo y el Espíritu santo o profético, pero no como si fueran coiguales, ni como si fueran una sola esencia numérica, ni como Tres en Uno, en cualquiera de los sentidos admitidos ahora por los trinitarios. Precisamente lo contrario es la realidad. La doctrina de la Trinidad, como la explicaron esos Padres, era esencialmente diferente de la doctrina moderna. Afirmamos esto como un hecho tan demostrable como cualquier hecho en la historia de las opiniones humanas”.
“Desafiamos a cualquiera para que presente a un solo escritor de renombre que, durante los primeros tres siglos, creyera en esta doctrina [la Trinidad] en el sentido moderno”9.
Con todo, Nicea ciertamente representó un punto de viraje. Abrió la puerta para la aceptación oficial de que el Hijo era igual al Padre, lo cual preparó el camino para el concepto posterior de la Trinidad. El libro Second Century Orthodoxy (Ortodoxia del siglo segundo), escrito por J. A. Buckley, menciona:
“Al menos hasta fines del siglo segundo, la Iglesia universal permaneció unida en un sentido básico; todos aceptaban la supremacía del Padre. Todos consideraban al Dios Padre Todopoderoso como el único supremo, inmutable, inefable y sin principio. [...]
”Con la desaparición de esos escritores y líderes del siglo segundo, la Iglesia se vio [...] deslizándose lenta pero inexorablemente hacia ese punto [...] en que en el Concilio de Nicea se alcanzó la culminación de toda esa socavación gradual de la fe original. Una pequeña minoría volátil impuso allí su herejía a una mayoría condescendiente y, con el apoyo de las autoridades políticas, coaccionó, engatusó e intimidó a los que procuraban mantener sin mancha la primitiva pureza de su fe”10.
El Concilio de Constantinopla
En 381 E.C., el Concilio de Constantinopla confirmó el Credo de Nicea. Y le añadió algo. Llamó al espíritu santo “Señor y dador de vida”. El credo ampliado de 381 E.C. (que es sustancialmente el que se usa hoy en las iglesias y al que se llama “el credo niceno”) muestra que la cristiandad estaba a punto de formular un dogma trinitario desarrollado. No obstante, ni siquiera este concilio completó esa doctrina. La New Catholic Encyclopedia reconoce:
“Es interesante que, 60 años después de Nicea I, el Concilio de Constantinopla I [de 381 E.C.] evitó homoousios en su definición de la divinidad del Espíritu Santo”11.
“Hay eruditos a quienes ha desconcertado la evidente blandura de expresión de este credo; por ejemplo, la ausencia de la palabra homoousios para decir que el Espíritu Santo es consustancial al Padre y al Hijo”12.
La misma enciclopedia admite: “Homoousios no aparece en la Escritura”13. No, en la Biblia no se usa esa palabra ni para decir que el espíritu santo es consustancial a Dios ni para decir lo mismo del Hijo. Esa fue una expresión no bíblica que ayudó a conducir a la doctrina no bíblica —en realidad, antibíblica— de la Trinidad.
Aun después de lo acordado en Constantinopla, pasaron siglos antes de que la enseñanza de la Trinidad se aceptara a través de toda la cristiandad. La New Catholic Encyclopedia dice: “En el Occidente [...] parece haber predominado un silencio general con respecto a Constantinopla I y su credo”14. Esta fuente muestra que el credo de ese concilio no se reconoció en todas partes del Occidente sino hasta el siglo VII o el VIII.
En círculos eruditos también se reconoce que el Credo de Atanasio, que con frecuencia se cita como definición y apoyo normales de la Trinidad, no fue escrito por Atanasio, sino por un autor desconocido mucho tiempo después. The New Encyclopædia Britannica comenta:
“La Iglesia Oriental no conoció el credo sino hasta el siglo XII. Desde el siglo XVII los eruditos en general han concordado en que el Credo de Atanasio no fue escrito por Atanasio (quien murió en 373), sino que probablemente fue compuesto en el sur de Francia durante el siglo V. [...] La influencia de ese credo parece haberse visto principalmente en el sur de Francia y en España en los siglos VI y VII. Se usó en la liturgia de la iglesia en Alemania en el siglo IX y algún tiempo después en Roma”15.
Cómo se produjo
La doctrina de la Trinidad tuvo una lenta evolución durante un período de siglos. Las ideas trinitarias de filósofos griegos como Platón, que vivieron varios siglos antes de Cristo, se introdujeron furtiva y gradualmente en las enseñanzas eclesiásticas. Como dice The Church of the First Three Centuries:
“Sostenemos que la doctrina de la Trinidad fue formándose gradualmente en tiempos comparativamente tardíos; que se originó de una fuente enteramente diferente de las Escrituras judías y cristianas; que las manos de los Padres que impusieron la influencia de Platón la desarrollaron y la injertaron en el cristianismo; que en el tiempo de Justino, y mucho después, se enseñaron de manera universal la naturaleza distinta y la inferioridad del Hijo; y que entonces se había puesto de manifiesto solo la silueta vaga elemental de la Trinidad”16.
Las tríadas o trinidades eran comunes en Babilonia y Egipto antes de Platón. Y los esfuerzos de los eclesiásticos por atraer a los incrédulos del mundo romano llevaron a la incorporación gradual de algunas de esas ideas al cristianismo. Esto condujo con el tiempo a que se aceptara la creencia de que el Hijo y el espíritu santo eran iguales al Padre.
La misma palabra “Trinidad” solo se aceptó paulatinamente. En la segunda mitad del siglo segundo, Teófilo, obispo de Antioquía de Siria, escribió en griego e introdujo la palabra tri·ás, que significa “tríada” o “trinidad”. Luego el escritor latino Tertuliano, de Cartago, en el África septentrional, introdujo en sus escritos la palabra trinitas, que significa “trinidad”. Pero la palabra tri·ás no se encuentra en las Escrituras Griegas Cristianas inspiradas, y la palabra trinitas no se halla en la traducción latina de la Biblia conocida como la Vulgata. Ninguna de esas expresiones era bíblica. Pero la palabra “Trinidad”, basada en conceptos paganos, se introdujo furtivamente en la literatura de las iglesias, y después del siglo IV llegó a ser parte de su dogma.
Por eso, no se trata de que los eruditos hubieran examinado la Biblia cabalmente para ver si en ella se enseñaba esa doctrina. Más bien, la política seglar y la eclesiástica determinaron en gran parte la doctrina. En el libro The Christian Tradition (La tradición cristiana), el autor, Jaroslav Pelikan, llama la atención sobre “los factores no teológicos de la controversia, muchos de los cuales parecían estar listos vez tras vez para determinar su resultado, solo para que los contrapesaran otras fuerzas de igual importancia. A menudo la doctrina pareció ser la víctima —o el producto— de la política eclesiástica y de conflictos de personalidad”17. El señor E. Washburn Hopkins, profesor de Yale, lo expresó así: “La definición ortodoxa final de la trinidad fue en gran parte un asunto de política eclesiástica”18.
¡Qué irrazonable es la doctrina de la Trinidad en comparación con la enseñanza bíblica sencilla de que Dios es supremo y no tiene igual! Como dice Dios: “¿A quién me asemejarán ustedes o me harán igual o me compararán, para que nos parezcamos uno al otro?”. (Isaías 46:5.)
Qué representó
¿Qué representó la evolución gradual del concepto de la Trinidad? Fue parte de la apostasía del cristianismo verdadero que predijo Jesús. (Mateo 13:24-43.) El apóstol Pablo también había predicho la apostasía venidera:
“Vendrá tiempo en que no soportarán la enseñanza sana, sino que, llevados del propio capricho, se rodearán de maestros para que les halaguen el oído, y dejarán de escuchar la verdad, volviéndose de nuevo a los mitos”. (2 Timoteo 4:3, 4, La Biblia, versión católica de Serafín de Ausejo.)
Uno de esos mitos fue la enseñanza de la Trinidad. Algunos otros mitos ajenos al cristianismo que también se produjeron gradualmente fueron: la inmortalidad inherente del alma humana, el purgatorio, el limbo y el tormento eterno en un infierno de fuego.
Entonces, ¿qué es la doctrina de la Trinidad? En realidad es una doctrina pagana que se hace pasar por cristiana. Satanás la fomentó para engañar a la gente con el fin de que les pareciera que Dios era confuso y misterioso. Esto lleva a que las personas también estén más dispuestas a aceptar otras ideas religiosas falsas y prácticas incorrectas.
“Por sus frutos”
En Mateo 7:15-19 Jesús dijo que se podía distinguir entre la religión falsa y la religión verdadera de este modo:
“Guárdense de los falsos profetas que vienen a ustedes en ropa de oveja, pero por dentro son lobos voraces. Por sus frutos los reconocerán. Nunca se recogen uvas de espinos o higos de cardos, ¿verdad? Así mismo, todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido produce fruto inservible [...]. Todo árbol que no produce fruto excelente llega a ser cortado y echado al fuego”.
Examine un ejemplo. Jesús dijo en Juan 13:35: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí”. Además, en 1 Juan 4:20 y 21 la Palabra inspirada de Dios declara:
“Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios’, y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto. Y este mandamiento lo tenemos de él, que el que ama a Dios esté amando también a su hermano”.
Aplique el principio fundamental de que los cristianos verdaderos tienen que amarse entre sí a lo que ocurrió en ambas guerras mundiales de este siglo, así como en otros conflictos. Personas de las mismas religiones de la cristiandad se encontraron en los campos de batalla y se mataron unas a otras por diferencias nacionalistas. Cada lado alegó que era cristiano y recibió el apoyo de sus clérigos, quienes afirmaron que Dios estaba de su lado. Tal matanza de un “cristiano” por otro “cristiano” es fruto podrido. Es una violación del amor cristiano, un rechazo de las leyes de Dios. (Véase también 1 Juan 3:10-12.)
Un día de ajuste de cuentas
Así que, el que se apostatara del cristianismo no solo llevó a creencias impías, como la doctrina de la Trinidad, sino también a prácticas impías. Sin embargo, habrá un día de ajuste de cuentas, pues Jesús dijo: “Todo árbol que no produce fruto excelente llega a ser cortado y echado al fuego”. Por eso la Palabra de Dios exhorta:
“Sálganse de ella [la religión falsa], pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas. Porque sus pecados se han amontonado hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia”. (Revelación 18:4, 5.)
Dentro de poco Dios ‘pondrá en el corazón’ de las autoridades políticas el deseo de volverse contra la religión falsa. Ellas “harán que quede devastada y [...] se comerán sus carnes y la quemarán por completo con fuego”. (Revelación 17:16, 17.) La religión falsa, junto con sus filosofías paganas acerca de Dios, será destruida para siempre. En esencia, Dios dirá a los practicantes de la religión falsa lo mismo que Jesús les dijo en sus días: “Su casa se les deja abandonada a ustedes”. (Mateo 23:38.)
La religión verdadera sobrevivirá a los juicios de Dios, de modo que finalmente toda la honra y gloria irá a Aquel de quien Jesús dijo que es “el único Dios verdadero”. Este es Aquel a quien identificó el salmista que declaró: “Tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra”. (Juan 17:3; Salmo 83:18.)
Referencias:
 1. Encyclopædia Britannica, 1971, tomo 6, página 386.
 2. A Short History of Christian Doctrine, por Bernhard Lohse, 1963, página 51.
 3. El Magisterio de la Iglesia, por Enrique Denzinger (traducción directa de los textos originales por Daniel Ruiz Bueno), 1963, páginas 23, 24.
 4. New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo VII, página 115.
 5. A Short History of Christianity, por Martin E. Marty, 1959, página 91.
 6. A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church, por Philip Schaff y Henry Wace, 1892, tomo IV, página XVII.
 7. A Short History of Christian Doctrine, página 53.
 8. A Short History of Christianity, página 91.
 9. The Church of the First Three Centuries, por Alvan Lamson, 1869, páginas 75, 76, 341.
10. Second Century Orthodoxy, por J. A. Buckley, 1978, páginas 114, 115.
11. New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo VII, página 115.
12. Ibíd., tomo IV, página 436.
13. Ibíd., página 251.
14. Ibíd., página 436.
15. The New Encyclopædia Britannica, 15.a edición, 1985, Micropædia, tomo 1, página 665.
16. The Church of the First Three Centuries, página 52.
17. The Christian Tradition, por Jaroslav Pelikan, 1971, página 173.
18. Origin and Evolution of Religion, por E. Washburn Hopkins, 1923, página 339.

"LA SANTÍSIMA TRINIDAD" ¿ QUIEN LA ENSEÑO ?

—¿Enseñaron los apologistas la doctrina de la Trinidad?En las dos entradas anteriores se demostró que ni Jesús y sus discípulos ni los padres apostólicos de fines del siglo I y principios del II E.C. enseñaron la doctrina de la Trinidad. ¿La enseñaron más tarde eclesiásticos del siglo segundo?
DESDE alrededor de mediados del siglo segundo de nuestra era común aparecieron varios eclesiásticos a quienes hoy día se llama apologistas. Ellos escribieron para defender el cristianismo que conocían contra las filosofías hostiles que reinaban en el mundo romano de aquel tiempo. Su obra vino hacia fines, y después, del tiempo de los escritos de los padres apostólicos.
Entre los apologistas que escribieron en griego estuvieron Justino Mártir, Taciano, Atenágoras, Teófilo y Clemente de Alejandría. Tertuliano fue un apologista que escribió en latín. ¿Enseñaron ellos la Trinidad de la cristiandad moderna: tres personas coiguales (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en una Divinidad, en la cual cada uno es verdadero Dios pero sin que haya tres Dioses, sino un solo Dios?

“El Hijo está subordinado”
El Dr. H. R. Boer, en su libro A Short History of the Early Church (Breve historia de la iglesia primitiva), comenta sobre la esencia de la enseñanza de los apologistas:
“Justino [Mártir] enseñó que antes de la creación del mundo Dios estaba solo y que no había ningún Hijo. [...] Cuando Dios quiso crear el mundo, [...] engendró a otro ser divino para crear el mundo por él. A este ser divino se le llamó [...] Hijo porque nació; se le llamó Logos porque se le tomó de la Razón o Mente de Dios. [...]
”Por consiguiente, Justino y los demás apologistas enseñaron que el Hijo es una criatura. Él es una criatura elevada, una criatura suficientemente poderosa como para crear el mundo, no obstante, una criatura. En teología a esta relación entre el Hijo y el Padre se le llama subordinacionismo. El Hijo está subordinado, o sea, es subalterno al Padre, depende de él y existe por él. Los apologistas fueron subordinacionistas”1.
En el libro The Formation of Christian Dogma (La formación del dogma cristiano), el Dr. Martin Werner dice lo siguiente sobre el entendimiento más temprano de la relación entre el Hijo y Dios:
“Esa relación se entendió inequívocamente como que era una de ‘subordinación’, esto es en el sentido de la subordinación de Cristo a Dios. Dondequiera que en el Nuevo Testamento se pasa a considerar la relación entre Jesús y Dios, el Padre, [...] esta se concibe y representa categóricamente como subordinación. Y el Subordinacionista más decidido del Nuevo Testamento, según el registro sinóptico, fue Jesús mismo [...] Esta posición original, firme y evidente como era, pudo mantenerse por mucho tiempo. ‘Todos los grandes teólogos prenicenos representaron la subordinación del Logos a Dios’”2.
De acuerdo con eso, R. P. C. Hanson, en The Search for the Christian Doctrine of God (Búsqueda de la doctrina cristiana de Dios), declara:
“No hay ningún teólogo de la Iglesia oriental ni de la occidental antes del estallido de la controversia arriana [en el siglo IV] que no considere que en algún sentido el Hijo está subordinado al Padre”3.
El Dr. Alvan Lamson, en The Church of the First Three Centuries (La iglesia de los primeros tres siglos), añade el siguiente testimonio respecto a la enseñanza de las autoridades eclesiásticas antes del Concilio de Nicea (325 E.C.):
“Los Padres antenicenos por lo general, si no uniformemente, sostuvieron la inferioridad del Hijo [...] El hecho de que veían que el Hijo era distinto del Padre se hace patente por la circunstancia de que sostienen claramente la inferioridad de él. [...] Lo consideraban distinto y subordinado”4.
Del mismo modo, en el libro Gods and the One God (Dioses y el único Dios), Robert M. Grant dice lo siguiente sobre los apologistas:
“La cristología de las apologías, como la del Nuevo Testamento, es esencialmente subordinacionista. El Hijo siempre está subordinado al Padre, quien es el único Dios del Antiguo Testamento. [...] Lo que hallamos en estos escritores primitivos, pues, no es una doctrina de la Trinidad [...] Antes de Nicea, la teología cristiana fue casi universalmente subordinacionista”5.
En la Trinidad que la cristiandad enseña, el Hijo es igual al Dios Padre en eternidad, poder, posición y sabiduría. Pero los apologistas dijeron que el Hijo no era igual al Dios Padre. Consideraron que el Hijo estaba subordinado. Eso no constituye la enseñanza de la Trinidad.

Reflejo de la enseñanza del primer siglo
Los apologistas y otros primitivos Padres de la Iglesia reflejaron en gran medida lo que enseñaron los cristianos del primer siglo acerca de la relación entre el Padre y el Hijo. Note cómo se expresa esto en el libro The Formation of Christian Dogma:
“En la era cristiana primitiva no hubo ninguna señal de algún tipo de problema o controversia trinitario, como el que luego ocasionó conflictos violentos en la Iglesia. La razón de esto indudablemente estriba en el hecho de que, para el cristianismo primitivo, Cristo era [...] un ser del elevado mundo angelical celestial, que fue creado y escogido por Dios para la tarea de traer, al final de las edades, [...] el Reino de Dios”6.
Además de eso respecto a la enseñanza de los anteriores Padres de la Iglesia, The International Standard Bible Encyclopedia admite:
“En el pensamiento más temprano de la Iglesia, al hablar del Dios Padre se tiende a no concebirlo primero como el Padre de Jesucristo, sino como la fuente de todo ser. En consecuencia, el Dios Padre es, por decirlo así, Dios por excelencia. A Él corresponden descripciones como increado, inmortal, inmutable, inefable, invisible e ingénito. Es Él quien ha hecho todas las cosas, entre ellas la materia misma de la creación, de la nada. [...]
”Esto pudiera parecer que da a entender que solo el Padre es apropiadamente Dios, y el Hijo y el Espíritu lo son solo en segundo lugar. Muchas declaraciones primitivas parecen apoyar esto”7.
Aunque esta enciclopedia pasa a restar importancia a esas verdades y a alegar que la doctrina de la Trinidad se aceptó en ese período primitivo, los hechos desmienten tal alegación. Considere las siguientes palabras del famoso teólogo y cardenal católico John Henry Newman:
“Reconozcamos que la Iglesia Primitiva confesó consecuente y uniformemente todo el círculo de doctrinas, de las cuales es objeto nuestro Señor [...] Pero ciertamente es diferente en cuanto a la doctrina católica de la Trinidad. No veo en qué sentido puede decirse que hay un consenso de [las autoridades eclesiásticas] primitivas a favor de ella [...]
”Los Credos de aquel tiempo primitivo no mencionan [...] la [Trinidad] en absoluto. Sí mencionan a Tres; pero el que haya algún misterio en la doctrina, que los Tres sean Uno, que sean coiguales, coeternos, todos increados, todos omnipotentes, todos incomprensibles, no se declara, y nunca podría deducirse de ellos”8.
Lo que enseñó Justino Mártir
Uno de los primeros apologistas fue Justino Mártir, quien vivió desde alrededor de 110 hasta 165 E.C. Ninguno de sus escritos existentes menciona a tres personas coiguales en un solo Dios.
Por ejemplo, según La Biblia (versión católica de Serafín de Ausejo), Proverbios 8:22-30 dice esto de Jesús en su existencia prehumana: “Yahvéh me creó al comienzo de su acción, antes que sus obras más antiguas. [...] Nací cuando no existían los abismos [...] Antes que las colinas yo nací [...] Allí estuve a su lado [el de Dios] como arquitecto”. Justino, al considerar esos versículos, dice en su Diálogo con Trifón:
“Esta descendencia es engendrada por el Padre antes de todas las criaturas —la palabra lo ha puesto de manifiesto—; ahora bien, todo el mundo convendrá en que lo engendrado es numéricamente distinto del que lo engendra”9.
Puesto que el Hijo nació de Dios, Justino sí usa la expresión “Dios” tocante al Hijo. Declara en su Apología I: “El Padre del universo tiene un Hijo, que, siendo Verbo y primogénito de Dios, es también Dios”10. La Biblia también alude al Hijo de Dios mediante el título “Dios”. En Isaías 9:6 se le llama “Dios Poderoso”. Pero en la Biblia se llama “dioses” también a ángeles, humanos, dioses falsos y a Satanás. (Ángeles: Salmo 8:5; compárese con Hebreos 2:6, 7. Humanos: Salmo 82:6. Dioses falsos: Éxodo 12:12; 1 Corintios 8:5. Satanás: 2 Corintios 4:4.) En las Escrituras Hebreas, la palabra que se vierte “Dios”, ʼEl, significa sencillamente “Poderoso” o “Fuerte”. Su equivalente en las Escrituras Griegas es the·ós.
Además, el término hebreo que se usa en Isaías 9:6 muestra una distinción clara entre el Hijo y Dios. Ahí al Hijo se le llama “Dios Poderoso”, ʼEl Guib·bóhr, no “Dios Todopoderoso”. Este término en hebreo es ʼEl Schad·dái y aplica únicamente a Jehová Dios.
Sin embargo, note que aunque Justino llama al Hijo “Dios”, nunca dice que el Hijo es una de tres personas iguales, cada una de las cuales es Dios aunque las tres forman un solo Dios. Más bien, dice en su Diálogo con Trifón:
“Es [...] llamado Dios y Señor [Jesús en su existencia prehumana] otro que está bajo el Hacedor del universo [el Dios Todopoderoso], y que [el Hijo] se llama también ángel o mensajero, por ser El [el Hijo] quien anuncia a los hombres cuanto quiere se les anuncie el Creador de todas las cosas, por encima del cual no hay otro Dios. [...]
”[El Hijo] es otro que el Dios creador del universo, otro, digo, numéricamente, no en sentir y pensamiento”11.
Aparece un pasaje interesante en la Apología I de Justino, capítulo 6, donde él defiende a los cristianos de la acusación pagana de que son ateos. Escribe:
“A El [Dios] y al Hijo, que de El vino y nos enseñó todo esto, y al ejército de los otros ángeles buenos que le siguen y le son semejantes, y al Espíritu profético, le damos culto y adoramos”12.
Un traductor de ese pasaje, Bernhard Lohse, comenta: “Como si no bastara con que en esta enumeración se menciona a ángeles como seres que reciben honra y adoración de los cristianos, Justino no titubea en mencionar a los ángeles antes de nombrar al Espíritu Santo”13. (Véase también An Essay on the Development of Christian Doctrine [Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana]14.)
Así que, aunque Justino Mártir parece haberse apartado de la doctrina bíblica pura en relación con quién debe ser objeto de la adoración del cristiano, es patente que él no consideró que el Hijo fuera igual al Padre, como tampoco se consideró que los ángeles fueran iguales a Él. Respecto a Justino, citamos nuevamente de la obra The Church of the First Three Centuries, del señor Lamson:
“Justino consideró que el Hijo era distinto de Dios e inferior a él: distinto, no en el sentido moderno de constituir una de tres hipóstasis, o personas, [...] sino distinto en esencia y naturaleza; con una existencia real, sustancial, individual, separada de Dios, de quien derivó todos sus poderes y títulos; constituido bajo él, y sujeto en todas las cosas a su voluntad. El Padre es supremo; el Hijo está subordinado: el Padre es la fuente de poder; el Hijo, el recibidor: el Padre origina; el Hijo, como ministro o instrumento suyo, ejecuta. Son dos en número, pero concuerdan, o son uno, en voluntad; la voluntad del Padre siempre convence al Hijo”15.
Además, Justino no dice en ninguna parte que el espíritu santo sea una persona igual al Padre y al Hijo. De modo que en ningún sentido puede decirse honradamente que Justino enseñó la Trinidad de la cristiandad moderna.
Lo que enseñó ClementeClemente de Alejandría (c. 150 a 215 E.C.) también llama al Hijo “Dios”. Hasta lo llama “Creador”, término que nunca se usa en la Biblia con referencia a Jesús. ¿Quiso decir que el Hijo era igual en todo sentido al Creador todopoderoso? No. Al parecer Clemente se refería a Juan 1:3, donde se dice del Hijo: “Todas las cosas vinieron a existir por medio de él”16. Dios utilizó al Hijo como agente en Sus obras creativas. (Colosenses 1:15-17.)
Clemente llama al Dios Supremo “el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesús”17, y dice que “el Señor es también Hijo del Creador”18. Dice además: “El Dios del Universo es uno solo, bueno, justo, creador, [y el] Hijo [está] en el Padre”19. Así que escribió que el Hijo tiene a un Dios sobre sí.
Clemente habla de Dios como el “primer y único administrador de vida eterna, que el Hijo, quien la recibió de Él [Dios], nos da”20. El Dador original de vida eterna es claramente superior a aquel que, por decirlo así, la pasa adelante. Por eso Clemente dice que Dios “es primero, y supremo”21. También dice que el Hijo “es más allegado al único que es el Todopoderoso” y que el Hijo “ordena todas las cosas de acuerdo con la voluntad del Padre”22. Una y otra vez Clemente muestra la supremacía del Dios Todopoderoso sobre el Hijo.
Respecto a Clemente de Alejandría, leemos en The Church of the First Three Centuries:
“Pudiéramos citar numerosos pasajes de Clemente en los cuales se sostiene claramente la inferioridad del Hijo. [...]
”Nos asombra que alguien pueda leer a Clemente con atención regular, e imaginarse por un momento que él considerara al Hijo numéricamente idéntico al Padre o uno con él. Su naturaleza dependiente e inferior, según nos parece, se reconoce por todas partes. Clemente creía que Dios y el Hijo eran numéricamente distintos; en otras palabras, dos seres: uno supremo, el otro subordinado”23.
Además, de nuevo se puede decir: Aunque a veces parezca que Clemente va más allá de lo que dice la Biblia acerca de Jesús, en ninguna parte habla de una Trinidad compuesta de tres personas iguales en un solo Dios. Apologistas como Taciano, Teófilo y Atenágoras, que vivieron entre el tiempo de Justino y el de Clemente, tuvieron puntos de vista semejantes a los considerados. El señor Lamson dice que ellos “no fueron más trinitarios que Justino mismo; es decir, no creyeron en Tres indivisos y coiguales, sino que enseñaron una doctrina totalmente incompatible con esa creencia”24.
La teología de Tertuliano
Tertuliano (c. 160 a 230 E.C.) fue el primero que usó la palabra latina trinitas. Como hace notar Henry Chadwick, Tertuliano propuso que Dios es ‘una sustancia que consiste en tres personas’25. Con todo, eso no significa que pensaba en tres personas coiguales y coeternas. No obstante, sus ideas constituyeron la base sobre la cual escritores posteriores fueron formando la doctrina de la Trinidad.
El concepto que Tertuliano tenía del Padre, el Hijo y el espíritu santo era muy diferente de la Trinidad de la cristiandad, pues él era subordinacionista. Consideraba que el Hijo estaba subordinado al Padre. En Against Hermogenes (Contra Hermógenes) escribió:
“No debemos suponer que haya algún otro ser aparte de Dios que no sea engendrado ni creado. [...] ¿Cómo puede ser que algo, excepto el Padre, sea más viejo, y a causa de esto más noble, que el Hijo de Dios, la Palabra unigénita y primogénita? [...] Ese [Dios] que no requirió un Hacedor para darle existencia, estará mucho más elevado en categoría que ese [el Hijo] que tuvo un autor que lo trajo a la existencia”26.
También, en Against Praxeas (Contra Práxeas) muestra que el Hijo es diferente del Dios Todopoderoso y está subordinado a él cuando dice:
“El Padre es la sustancia completa, pero el Hijo es una derivación y porción del entero, como Él Mismo reconoce: ‘Mi Padre es mayor que yo’. [...] Así que el Padre es distinto del Hijo, por ser mayor que el Hijo, en la medida en que Aquel que engendra es uno, y Aquel a quien se engendra es otro; también, Aquel que envía es uno, y Aquel a quien se envía es otro; y de nuevo, Aquel que hace es uno, y Aquel mediante el cual se hace la cosa es otro”27.
Tertuliano, en Against Hermogenes, declara además que hubo un tiempo en que el Hijo no existía como persona, lo cual muestra que no consideraba que el Hijo fuera un ser eterno en el mismo sentido que lo era Dios28. El cardenal Newman dijo: “A Tertuliano se le debe considerar heterodoxo [que creía en doctrinas no ortodoxas] en la doctrina de la generación eterna de nuestro Señor”29. Respecto a Tertuliano, el señor Lamson declara:
“Esta razón, o Logos, como lo llamaban los griegos, se transformó después, como creía Tertuliano, en la Palabra, o el Hijo, es decir, un ser real, que había existido desde la eternidad solo como un atributo del Padre. Sin embargo, Tertuliano le atribuyó una categoría subordinada respecto al Padre [...]
”Juzgado según cualquier explicación aceptada de la Trinidad en este tiempo, el intento de salvar a Tertuliano de condenación [como hereje] sería inútil. Él no podría aguantar la prueba ni un momento”30.
Ninguna Trinidad
Si usted fuera a leer todas las palabras de los apologistas, hallaría que, aunque en algunos aspectos ellos se desviaron de las enseñanzas de la Biblia, ninguno enseñó que el Padre, el Hijo y el espíritu santo fueran coiguales en eternidad, poder, posición y sabiduría.
Esto también es así en el caso de otros escritores de los siglos segundo y tercero, como Ireneo, Hipólito, Orígenes, Cipriano y Novaciano. Aunque algunos llegaron a equiparar al Padre con el Hijo en ciertos detalles, en otros aspectos consideraron que el Hijo estaba subordinado al Dios Padre. Y ninguno de ellos siquiera especuló que el espíritu santo fuera igual al Padre y al Hijo. Por ejemplo, Orígenes (c. 185 a 254 E.C.) declara que el Hijo de Dios es “primogénito [...] de toda la creación” y que las Escrituras “saben de El que es más viejo que todas las criaturas”31.
Una lectura objetiva de esas autoridades eclesiásticas primitivas muestra que la doctrina de la Trinidad que la cristiandad enseña no existía en el tiempo de ellas. Como dice The Church of the First Three Centuries:
“La doctrina popular moderna de la Trinidad [...] no deriva apoyo alguno del lenguaje de Justino: y esta observación puede extenderse a todos los Padres Antenicenos; es decir, a todos los escritores cristianos por tres siglos después del nacimiento de Cristo. Es verdad que ellos hablan acerca del Padre, el Hijo y el Espíritu santo o profético, pero no como si fueran coiguales, ni como si fueran una sola esencia numérica, ni como Tres en Uno, en cualquiera de los sentidos admitidos ahora por los trinitarios. Precisamente lo contrario es la realidad. La doctrina de la Trinidad, como la explicaron esos Padres, era esencialmente diferente de la doctrina moderna. Afirmamos esto como un hecho tan demostrable como cualquier hecho en la historia de las opiniones humanas”32.
En realidad, antes del tiempo de Tertuliano ni siquiera se mencionó la Trinidad. Y la Trinidad ‘heterodoxa’ de Tertuliano fue muy diferente de la creencia actual. Entonces, ¿cómo se desarrolló la doctrina de la Trinidad según se entiende en la actualidad? ¿Fue en el Concilio de Nicea en 325 E.C.? Examinaremos estas cuestiones en la Parte 4 de esta serie.


Referencias
 1. A Short History of the Early Church, por Harry R. Boer, 1976, página 110.
 2. The Formation of Christian Dogma, por Martin Werner, 1957, página 125.
 3. The Search for the Christian Doctrine of God, por R. P. C. Hanson, 1988, página 64.
 4. The Church of the First Three Centuries, por Alvan Lamson, 1869, páginas 70, 71.
 5. Gods and the One God, por Robert M. Grant, 1986, páginas 109, 156, 160.
 6. The Formation of Christian Dogma, páginas 122, 125.
 7. The International Standard Bible Encyclopedia, 1982, tomo 2, página 513.
 8. An Essay on the Development of Christian Doctrine, por el cardenal John Henry Newman, sexta edición, 1989, páginas 14-18.
 9. Padres Apologetas Griegos, segunda edición, B.A.C., Madrid, 1979, página 528; introducciones, texto griego, versión española y notas de Daniel Ruiz Bueno.
10. Ibíd., página 254.
11. Padres Apologetas Griegos, páginas 394, 395, 397.
12. Ibíd., página 187.
13. A Short History of Christian Doctrine, por Bernhard Lohse, traducido del alemán al inglés por F. Ernest Stoeffler, 1963, segunda impresión en rústica: 1980, página 43.
14. An Essay on the Development of Christian Doctrine, página 20.
15. The Church of the First Three Centuries, páginas 73, 74, 76.
16. Clemente de Alejandría. El pedagogo, B.C.G., Madrid, 1988, página 130; traducción y notas por Joan Sariol Díaz.
17. Ibíd., página 107.
18. Ibíd., página 108.
19. Ibíd.
20. The Ante-Nicene Fathers, edición preparada por Alexander Roberts y James Donaldson, reimpresión estadounidense de la edición de Edimburgo, 1885, tomo II, página 593.
21. Ibíd.
22. Ibíd., página 524.
23. The Church of the First Three Centuries, páginas 124, 125.
24. Ibíd., página 95.
25. The Early Church, por Henry Chadwick, impresión de 1980, página 89.
26. The Ante-Nicene Fathers, tomo III, página 487.
27. Ibíd., páginas 603, 604.
28. Ibíd., página 478.
29. An Essay on the Development of Christian Doctrine, páginas 19, 20.
30. The Church of the First Three Centuries, páginas 108, 109.
31. Orígenes. Contra Celso, B.A.C., Madrid, 1967, página 364; introducción, versión y notas por Daniel Ruiz Bueno.
32. The Church of the First Three Centuries, páginas 75, 76.